Un año de dolor para operar una cadera: «Es insostenible»
Joaquín García de Dios, que acude a un centro de día de Oviedo tras detectar que su movilidad se reduce, urge fecha para su intervención en el HUCA
Un año completo. Ese es el tiempo que lleva esperando Joaquín García de Dios, un hombre de 89 años que fue guardia civil, para una ... operación de cadera en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Su situación no es un hecho aislado, sino el reflejo de una realidad que afecta a miles de ciudadanos en la región: la dilación en las listas de espera sanitarias. «Ya me operé la otra cadera y, para esa, la espera fue de apenas mes y medio», explica con una voz que denota una mezcla de resignación y profundo agotamiento. «Ahora llevo un año completo con una medicación de rescate que no logra aliviar los dolores, una situación que se ha vuelto insostenible».
La vida diaria de García se ha visto alterada por este calvario. Su movilidad es extremadamente limitada, dependiendo del apoyo constante de dos muletas para cualquier desplazamiento y requiriendo ayuda para realizar incluso las acciones más básicas como ir al baño. Ante esta realidad, ha encontrado en el Centro de Día Campillín un refugio vital. «Aquí me atienden bien y con la ayuda que necesito», agradece.
Los últimos tres meses los pasó confinado en su hogar, sin poder salir, una situación que mermó significativamente su independencia y bienestar emocional. Consciente de la carga que representaba para su entorno, fue él mismo quien tomó la decisión de acudir al centro de día, buscando un entorno donde recibir la atención y el apoyo necesarios, pese a contar con el inestimable respaldo de su hijastra y su yerno, quienes lo atienden los fines de semana.
De lunes a viernes, permanece en el centro desde las once de la mañana hasta las seis de la tarde, un horario que le permite estar acompañado. «Era estar aquí o tomar otras decisiones porque así no se puede vivir».
Nació en Zamora y sirvió con honor en la Guardia Civil tanto en Asturias como en Cataluña, para luego establecerse definitivamente en el Principado en el año 1955. Su historia es la de un hombre que ha contribuido activamente a la sociedad y que ahora, en una etapa avanzada de su vida, espera que los servicios públicos le permitan tener una calidad de vida mínima. «Solo pido que se me atienda, que cada vez que voy a Urgencias no se pone solución».
Este no es un caso aislado, sino que forma parte de un panorama más amplio de preocupación por los tiempos de espera en las intervenciones quirúrgicas no urgentes. Según datos recientes del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa), la demora media para una intervención quirúrgica en la región se sitúa en cifras preocupantes. Especialidades como Traumatología, donde se encuadra la operación de Joaquín, son de las más afectadas, con listas de espera que se extienden durante meses e incluso años para ciertos procedimientos.
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