Presidenta de la Cocina Económica
Mar Prieto: «Mi gran es proyecto es crear una red de cocinas económicas del norte de España»Encara su mandato con nuevas propuestas de modernización de una institución que cada día da de comer a 350 personasMar Prieto Presidenta de la Cocina Económica
La nueva presidenta de la Cocina Económica de Oviedo, Mar Prieto, encara su mandato con determinación y proyectos ambiciosos. Con 28 años de experiencia como voluntaria y 31 ligada a la institución, asume el reto de modernizar y dar un nuevo impulso a una organización centenaria que atiende a los más vulnerables.
–¿Cómo afronta este nuevo rol como presidenta de la Cocina Económica?
–Llevo tan solo unos días en el cargo, y aunque ya son 28 años como voluntaria, el cambio a presidenta ha sido grande. Entré como vocal al mismo tiempo que era voluntaria y, poco a poco, fui viendo y aprendiendo cosas. Manejar una institución como esta, con personas que nos necesitan, 12 trabajadores y 5 hermanas que están siempre al pie del cañón, es una gran responsabilidad.
–¿Cómo se tomó la decisión de asumir este reto?
–Pensaron en una mujer cuando decidieron renovar la junta directiva. Me lo propusieron porque decían que soy activa, que ya venía gestionando subvenciones y porque llevo 31 años vinculada a esta casa. Lo pensé durante una semana. No quería ser egoísta; sabía que había que darle un impulso a la institución. Finalmente, acepté con la única condición de que todo el equipo esté conmigo, a mi lado.
–¿Qué proyectos tiene en mente para su presidencia?
–Mi gran proyecto es crear una red de cocinas económicas del norte de España. Ya he visitado la de Santander, he visto cómo funciona y ahora iré a la de Gijón y también a las del País Vasco y Galicia. La idea es formar una asociación de cocinas económicas del norte para aunar fuerzas, compartir experiencias y aprender unas de otras. Quiero trasladar lo bueno que otras cocinas están haciendo para aplicarlo aquí.
–¿Tiene alguna iniciativa para modernizar el sistema de la Cocina Económica?
–Como informática, uno de mis objetivos es transformar el sistema de las tarjetas que usamos. Ahora mismo son de cartón, y quiero informatizarlas. Esto no solo facilitará el trabajo del día a día, sino que ayudará a la trabajadora social a gestionar mejor las estadísticas. Es un pequeño paso que tendrá un gran impacto en nuestra organización.
–¿Qué planes tiene para atraer a los jóvenes y que se impliquen en la Cocina Económica?
–La vida te puede cambiar en un momento, y eso la chavalería tiene que conocerlo. Si tengo que hacer un TikTok para llegar a ellos, lo haré. Vamos a mover las redes sociales y crear una plataforma para dar visibilidad a las noticias y actividades que hagamos desde la Cocina Económica. Voy a pedir ayuda a quien sea, incluso a youtubers, porque necesitamos que los jóvenes entiendan la importancia de ayudar y de involucrarse en proyectos solidarios.
–¿Qué espera de este nuevo camino?
–Espero que juntos, con todo el equipo y la comunidad, podamos seguir dando apoyo a quienes más lo necesitan. Este es un lugar que transforma vidas, y yo estoy aquí para ayudar a que siga siendo así.
–¿Qué necesidades principales detecta en la Cocina Económica?
–Yo veo cada día a la gente que viene, y no solo necesitan un plato de comida. Necesitan también un lugar donde estar, donde sentirse acogidos, incluso un sitio donde puedan imprimir un currículum para buscar empleo. Aquí no solo damos comida; también ofrecemos oportunidades laborales. De hecho, ya hemos conseguido cerca de 45 puestos de trabajo gracias a la Cocina Económica. Además, queremos dar un paso más: ofrecer formación en oficios para que estas personas tengan un futuro más estable. Hay que alimentar el cuerpo, pero también el alma.
–¿Diría que Oviedo no pasa hambre gracias a la Cocina Económica?
- Sí, y eso es posible gracias al apoyo del Ayuntamiento de Oviedo, la Fundación Alimerka y, sobre todo, la solidaridad de los ovetenses. Pero me gustaría recalcar algo: no solo se necesita comida en Navidad o en fechas señaladas. En esas épocas recibimos muchas donaciones, pero luego, durante el resto del año, apenas tenemos recursos suficientes. Hay que recordar que las necesidades no desaparecen después de las fiestas.
–¿Qué ocurre con la comida que podría caducar?
–Nosotros no tiramos absolutamente nada. Todo lo que está a punto de caducar lo redistribuimos entre la red que tenemos, asegurándonos de que se aproveche al máximo. Nuestra prioridad es evitar el desperdicio y garantizar que todo llegue a quien lo necesita.
–¿Qué más servicios cree que debería ofrecer la Cocina Económica?
–Me gustaría ampliar nuestros programas de formación y empleo. Creo que es clave no solo darles un plato de comida, sino también herramientas para que puedan salir adelante por sí mismos. Y también pienso que podríamos mejorar en el acompañamiento psicológico y emocional. Muchas de las personas que vienen aquí arrastran historias duras y necesitan sentir que no están solos.
–¿Qué mensaje quiere mandar a los ovetenses que todavía no conocen la labor de la Cocina Económica?
- Que se acerquen, que nos conozcan. Esta es una institución de puertas abiertas, y lo que hacemos es gracias a todos. Cualquier aportación cuenta, ya sea tiempo, alimentos o simplemente apoyo moral. La solidaridad es el motor de todo esto.
–¿Cómo imagina la Cocina Económica al final de su mandato?
–Mi sueño es que seamos un ejemplo de modernidad, unión y esperanza. Que tengamos esa red del norte bien consolidada, que logremos ayudar a más personas no solo con comida, sino con formación, trabajo y dignidad. Y, sobre todo, que sigamos siendo un lugar donde la gente encuentre un poco de luz en medio de sus dificultades.
