El derribo del puente de Ángel Cañedo terminará el viernes
Los operarios de la UTE adjudicataria de las obras comenzaron esta semana a demoler la parte más cercana a Teatinos y construyen la glorieta
La parte del puente de Ángel Cañedo más cercana a Teatinos ya es víctima de la cizalla. Desde este lunes, los operarios de la Unión Temporal de Empresas Taller de Urbanismo e Ingeniería y Obras Generales del Norte (Ogensa), adjudicataria del contrato de la nueva glorieta de Santullano por 5,5 millones de euros–, proceden a su demolición. Según informaron ayer fuentes de la Concejalía de Planeamiento y Gestión Urbanística, la previsión es finalizar el derribo el viernes.
De esta forma desaparecerá completamente la antigua infraestructura de conexión de Ventanielles y La Tenderina a Teatinos, y viceversa. Los trabajos comenzaron el pasado 23 de enero y se ejecutan cuidadosamente, dando pequeños 'mordiscos' al puente. Conlleva varios condicionantes. Por un lado, para afectar lo mínimo posible al tráfico de esta entrada a Oviedo en completa transformación; por otro, porque se encuentra dentro del entorno de protección de la iglesia prerrománica de San Julián de los Prados y cercano a viviendas. Por estos motivos, el derribo del puente se ha realizado por fases y con maquinaria, sin el uso directo de explosivos para agilizar el proceso. Hace tres semanas, las obras llegaron a su ecuador, con la 'desaparición' de la mitad del puente. Ahora, tras reordenar el tráfico en la parte inferior, llega la recta final.
La actuación, financiada con fondos Edusi, incluye la nueva glorieta para canalizar el tráfico de entrada y salida y conectar, también a pie, los tres mencionados barrios.