El edificio de la Residencia Nuestra Señora de Covadonga, entre la piqueta y el Docomomo Ibérico
El Principado aún no ha cerrado con la Seguridad Social el futuro del inmueble, pero el Ayuntamiento defiende que es insalvable
El Gobierno del Principado, además de decidir paralizar temporalmente las obras de derribo del antiguo HUCA, también ha prometido que se iniciarán «de forma ... inmediata» los trámites con la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) para despejar el futuro de la antigua Residencia de Nuestra Señora de Covadonga y definir también las compensaciones oportunas por el resto de los suelos de su propiedad en el entorno de El Cristo. Trámites o negociaciones, más bien, pues el ministerio que dirige Elma Saiz aún no se ha pronunciado públicamente sobre cuál va a ser el futuro uso del edificio o su posible demolición y es necesario que lo haga si lo que se pretende es llevar a cabo una ordenación lógica del ámbito –no se puede dejar de lado una de sus piezas principales–.
El equipo de gobierno local, por su parte, defiende que la acción de la piqueta será irremediable por el alto grado de contaminación de muestra a día de hoy el edificio; sin embargo, también es uno de los más costosos de demoler de todo el complejo y tocará sentarse a la mesa para decidir de dónde sale el dinero. Cabe recordar que la Tesorería no fue muy amiga en el pasado de ceder derechos en todo lo que tiene que ver con el viejo HUCA y que en un momento dado, antes de la actual adscripción de Maternidad, Silicosis y Consultas Externas por parte de la Universidad, llegó a bajarse del barco del anterior plan de El Cristo –aquel que se denominaba Hucamp y que dibujaba una gran campa verde en la zona–.
Movimiento moderno
Lo cierto es que no todos estarían de acuerdo con que desapareciese. La antigua Residencia, proyectada en 1953 por Fernando García Mercadal, es un equipamiento del movimiento moderno y con su propio valor. En 2014, los arquitectos José Ramón Fernández Molina, Nieves Ruiz, Fernando Nanclares, Arturo Gutiérrez de Terán, Jovino Martínez Sierra, José Ramón Fernández Vázquez de Prada, Marta Rodríguez Bada y Adrián Cachán presentaron a la Fundación Docomomo Ibérico la propuesta de inclusión en su registro, y la respuesta fue positiva. El complejo forma parte del registro de Equipamientos de la Fundación.
Cuando menos sería necesario, explica Fernández Molina, estudiar su posible mantenimiento parcial. «Ya no solo por la cuestión de autoría o por otros valores intangibles, podría concentrar una densidad habitacional desde el punto de vista del uso; es un edificio con una gran capacidad de alojamiento, desde una residencia universitaria, una de mayores, centro de día...», detalló.
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