«Es injusta la inversión porque haya dueños de perros irresponsables»

Los excrementos de animales en medio de las vías públicas no solo generan suciedad, también trastornos a las personas que van en silla de ruedas o llevan el carrito de un bebé. Para evitar esta situación, el Ayuntamiento rastreará las deposiciones con el fin de sancionar a los dueños que no las recojan. Los usuarios del parque canino del Campo de San Francisco se muestran a favor de la medida, pero lamentan que la «irresponsabilidad» de algunos obligue a hacer una inversión de este calado en «medio de los tiempos que corren».

El rastreo de los excrementos es uno de los puntos incluidos en el borrador de la nueva ordenanza de Limpieza y Recogida de Residuos donde se especifica que los ovetenses con mascotas estarán obligados a registrar al animal en la base de datos municipal de genotipos de perros.

Para ello, acudirán a un veterinario debidamente acreditado, que tomará una muestra de ADN del animal y la remitirá al laboratorio designado por el Ayuntamiento para su identificación genética y su registro en el censo municipal creado al efecto. La medida permitirá arbitrar un procedimiento para la identificación de las deposiciones de los perros (cerca de 30.000 en Oviedo) mediante el análisis de las mismas y su cotejo con los datos del censo.

El concejal del ramo, Gerardo Antuña, especificó ayer que estos pasos están incluidos en el borrador «que ya hemos pasado a toda la oposición para sus aportaciones antes del tramite ordinario en las que pueden hacer alegaciones». Luego el Ayuntamiento responderá a cada una de ellas y espera que «para principios de año» ya esté lista la ordenanza.

En ella se esperan incluir este cotejo y los trámites administrativos que deberán asumir los dueños de los animales no supondrán molestia para aquellos que siempre llevan una bolsa de plástico en el bolso y se agachan a recoger los excrementos.

Así lo indicaron ayer Laura Escalada y Eduardo Banegas, quienes lamentan que «pagamos justos por pecadores». «La gente que no tiene animales nos mira mal a todos, a pesar de que nosotros las retiramos. Es una medida moderna que ya se ha puesto en marcha en otras ciudades».

Municipios de Cataluña han sido pioneros en esta implantación que no cuenta con el agrado de todos. Desde el Colegio de Veterinarios de Alicante ya advirtieron hace dos años que asegurar la cadena de custodia es complicado, pero de alguna forma se debe poner fin a esta situación.

«En las calles y praos te encuentras con la sorpresa y mira que no es difícil agacharse y recogerlas», apuntó Natalí Guarnido mientras que Paula Botas fue más concreta: «Están por las calles del centro y las zonas verdes de la Losa. Si veo que alguien no las recoge, les ofrezco una bolsita o un papel».

La respuesta no siempre es la adecuada y Rodrigo Cárdenas afea que es «injusto hacer una inversión porque algunos dueños sean irresponsables». «Hay gente que es inconsciente porque hay que pensar bien la decisión antes de tener un animal», aseguró mientras que María José García apuntó que es un «gasto absurdo en medio de los tiempos que corren» que se podría «evitar si todo el mundo recoge las cacas».