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La Hermandad de Jesús Cautivo pudo con la lluvia y la falta de indultado este Jueves Santo y congregó, durante su recorrido, a multitud de fieles. Faltaban diez minutos para las ocho de la tarde –entonces sin amenaza de lluvia–, cuando el paso de Jesús Cautivo cruzaba la puerta de la basílica de San Juan El Real de Oviedo al son del himno de España, como es preceptivo para salir y guardarse, entre el aplauso de los numerosos fieles que abarrotaban la plaza de Fernando Rubio, frente al templo. Junto al Jesús que había sido detenido en el huerto de los olivos y llevado preso iban los pasos de la Última Cena, custodiado por tropas de marinería, y el de la Virgen de la Merced. Con los tres un enorme número de personas, amén de la Banda Municipal Ciudad de Oviedo, que acompañó a Jesús Cautivo. La banda abrió paso a la comitiva, que enfiló camino hacia el final de la calle Melquiades Álvarez para doblar a la izquierda y recorrer toda la calle Uría hasta la plaza de la Escandalera, repleta de fieles.
El caminó continuó despacio hasta la calle San Francisco; pero en ese momento comenzó la lluvia que obligó a acelerar el paso de la procesión hasta la plaza de Porlier.
En el Palacio de Camposagrado, un hermano llamó a la puerta con tres golpes de aldabón bajo la frase 'Abrid las puertas a Cristo'. Y las puertas se abrieron. Allí mismo se leyeron pasajes de los Evangelios sobre el prendimiento y el juicio a Jesús por parte del vicario de San Juan, Abelardo Bazó, y el vicario general de Asturias, Adolfo Mariño.
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Tras la lectura se recordó a los presentes que esta vez, por segundo año consecutivo, no había indultado, por lo que se colocó a los pies del Jesús Cautivo una capucha blanca y una medalla de la cofradía que le iban a imponer al preso indultado. Tras el acto, y todavía bajo la lluvia, la procesión siguió su camino para volver a San Juan El Real.
En esta ocasión y por segundo año, el Consejo de Ministros no aceptó la petición de indulto de la Hermandad de Jesús Cautivo sobre una de las dos personas propuestas para recibir el favor: una mujer ovetense de mediana edad que se encuentra cumpliendo el tercer grado tras haber sido condenada a un año de cárcel y un veinteañero latinoamericano condenado a tres años de cárcel por un delito contra la salud pública. Ambos tendrán que esperar a mejor ocasión para recibir la libertad.
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