«Pero cómo que le pegamos varias patadas, si fue solo una: si no lo duermo, nos duerme el jarto»

El primero en testificar, ayer, primero como testigo y luego como perito de la causa, fue el inspector jefe de la Policía Nacional responsable de la investigación de la muerte de David Carragal hace dos años. El 17 de junio de ese año, el mismo día que fallecía el pixueto en el HUCA tras no lograr superar sus graves lesiones, los tres jóvenes, J. C. C., A. S. S., y R. B. D., se entregaban en comisaría pasadas las ocho de la tarde. Los agentes, no obstante, reveló el funcionario, «ya habían iniciado el dispositivo de búsqueda», tras analizar las informaciones que recibían de forma diaria y la declaración de la única testigo que había presenciado la «patada en la cabeza». «Eran conscientes de que la Policía los estaba buscando», aseveró.

Ese mismo día, los funcionarios intervinieron los teléfonos móviles de los tres y, a las pocas jornadas, lograron el permiso del Juzgado para volcar la información que contenían. Buscaban mensajes de texto relacionados con el caso y los encontraron. Uno del mismo día 17, enviado por uno de los acusados al autor confeso de la patada: «El pavo murió, ven a mi casa, tienes que declarar», señalaba a través de WhatsApp.

En otros, el principal acusado decía: «Somos nosotros, tío»; «pero cómo que le pegamos varias patadas, si fue una»; «le di una contada y nos fuimos»; «el hijo puta venía a pegar. Si no lo duermo, nos duerme el jarto»; «Le subí una vez y largamos porque cayó pa' atrás», concluía J. C. C.