Los pueblos de América iluminan el desfile de las carrozas de San Mateo
El tradicional desfile llena de color las calles de Oviedo un año más
Del terruño a lo universal. De lo local a lo general. De Oviedo a Hispanoamérica. De Camilo de Blas o San Timoteo a Perú. De esta forma homenajeó la ciudad al mundo hispanoamericano con un desfile de carrozas, en el Día de América en Asturias, grandioso, colorido, de sonidos amables y reconocibles con más de 3.000 participantes en las calzadas y muchos miles más en las aceras de la ciudad que en forma de público abarrotaron la ciudad desde mucho antes de las cinco de la tarde, hora de comienzo del desfile en la calle Uría a la altura de Independencia.
Miles de sillas instaladas por la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) encargada de organizar el evento, en la calle Uría que desaparecieron junto con cientos de kilos de confeti (labor del servicio de limpieza municipal) diez minutos después de terminar el desfile cuando el público no se había casi ni dispersado.
Durante las dos horas el desfile recorrió las calles Uría, Marqués de San Cruz, Santa Susana, avenida de Galicia, plaza de América, Marqués de Teverga y calle Asturias. Llenando la ciudad de color y mucha vida, música de siempre, alegría, baile, mucho arte y la unidad entre los pueblos en tiempos de individualismo donde se mira con lupa oscura la labor de España en América.
El desfile contó con la presencia del alcalde, Alfredo Canteli y la Corporación municipal al completo, que sentados en sillas delante de la estatua de Carlos Tartiere en la plaza de la Escandalera aplaudieron, disfrutaron y no tuvieron ni un minuto para el aburrimiento ante el soberbio espectáculo de las 11 carrozas que desfilaron y las 44 secuencias que las acompañaron.
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Junto a las autoridades, otras personalidades como el presidente del Centro Asturiano, Gerardo Martínez; el presidente de la patronal española de la hostelería, José Luis Almeida; el director de la Fundación Vinjoy, Adolfo Rivas, o el Hermano Mayor de la Cofradía del Desarme, Miguel Ángel de Dios, que el jueves recibió la noticia de que han conseguido ser de Fiesta de Interés Turístico Nacional, al igual que lo es desde hace años el Desfile del Día de América en Asturias.
En las casi dos horas de desfile se pudieron ver las estrellas anuales como es la samba brasileña, que convirtió la calle Uría en un sambódromo, guardando las distancias con Rio de Janeiro, los haigas que en un número superior a 20 abrieron el paso; la carroza de Argentina, con una representación del barrio de La Boca de Buenos Aires y la entrega al 10, con la camiseta de Messi con la que muchos de los participantes se ataviaron.
Las carrozas y pasos más destacados de la presente edición del desfile fueron dos, uno a cada lado del océano. Por un lado, Perú que como país invitado ofreció un despliegue de música, folclore, devoción al Papa León XIV, cuya foto abría el camino de todo el séquito, y con un espectacular grupo de bailarines, los Tunantes de Jauja, ciudad de la que viene el dicho '¿Te crees que esto es Jauja?'. Por otro lado, lo local, la carroza de la confitería Camilo de Blas mostraba el interior y la fachada de la tienda con una realidad que parecía que se podía entrar a pedir unos 'carbayones'.
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Música y más música
Capítulo aparte mereció la música que llenó el ambiente de sonido hispanoamericano con una riqueza y variedad difícil de igualar con valses peruanos, samba y mucha música mexicana porque se diga lo que se diga, en Asturias el mariachi es rey y sigue siendo el rey, como dice la canción de José Alfredo Jiménez.
Un desfile de tales dimensiones también dio lugar a momentos sorprendentes y llamativos. Por ejemplo, cuando de la carroza de Valdesoto -cuya localidad celebra ser Pueblo Ejemplar-, un clásico de cada edición y siempre fieles a la tradición del Día de América en Asturias, se bajó uno de los componentes para entregarle un ramo de flores al alcalde de Siero, Ángel Antonio García González 'Cepi', que hasta ese momento había pasado desapercibido entre el público. También los momentos sorprendentes con la aparición de una carroza con personajes de Marvel y un grupo de personas que desfilaban vestidos de gnomos irlandeses. Ese fue el momento en que un niño del público definió la situación como «el desfile más random que he visto en mi vida». Y desde luego quien no faltó a la cita fue Mateín, como no podía ser de otra manera.
Otro punto fuerte llegó con la representación de Colombia que llevó la música y el baile a la culminación y esplendor de un desfile multicolor, animado, populoso y lleno de pequeños detalles que no defraudó a los presentes que se podrían contar por miles, en el caso de que alguien se hubiera preocupado de contar a la gente, pero no se estaba para contar sino para disfrutar.
Como disfrutaron todos los presentes cuando los integrantes de la última carroza 'Cultura sidrera' de la calle Gascona se bajaron del artefacto para escanciar culines y ofrecerlos al público que los recibió con alegría ya que la tarde era calurosa.
