Donde dije 'caspa', digo serie de culto

'Los Soprano' no sabe cuán duro es convertirse en serie de culto. Ni 'Mad Men'. Ni 'The Wire'. Ni cualquiera ficción que estuviera en la parrilla de HBO previo a 2013. De todas ellas, incluida 'Sexo en Nueva York', colgaba la referida etiqueta -'serie de culto'- incluso antes de su estreno. Por contra, al otro lado del cuadrilátero se agolpan las que han peleado y soportado el vapuleo de la crítica aferrándose desesperadamente al ruido de unos pocos fans y, principalmente, al paso del tiempo. Porque, en su mayoría, y esto es así, eran series malas. Sin embargo, no es menos cierto que muchas de las que no fueron reivindicadas 'en vida' se han convertido en una especie de piezas de museo e icono de masas. Justicia poética, otras que presumían de diez millones de fieles espectadores semanales... la nada.

Los 90 fueron una época prolífica en la generación de productos culturales de éxito efímero que pronto pasaron por la trituradora. Las promotoras musicales han tardado en darse cuenta de algo que viene haciendo la tele desde hace tiempo: repasar la escaleta de aquellos años. El (pseudo)terror de entonces estuvo capitaneado por 'Buffy, cazavampiros', pionera en su categoría que contó con spin-off ('Angel'). No era casposa pero los éxitos juveniles tienden a ser menospreciados, incluso a pesar de Sarah Michelle Gellar y sumar siete temporadas. Y aunque de buenas a primeras las generaciones millenial y Z le rinde pleitesía: ¡Sarah y Buffy son nuestras!

Siguiendo esta regla de tres, ¿cuántos años le tocará esperar a la versión actualizada, mordaz y pija de 'Scream Queens' (2015-2016) para ocupar su trono? De momento, y por suerte, su protagonista, Emma Roberts, se reincorporará a la antología 'American Horror Story'.

Casi con toda seguridad, aquellos adolescentes que se engancharon a la citada'Buffy, cazavampiros' fueron los mismos que los siguieron las aventuras de 'Dragones y mazmorras' (1983-1985) durante su infancia. Y hoy por hoy, ya siendo personas hechas y derechas, siguen reclamando un final a la serie que sufrió un abrupto parón tras el sexto capítulo de la tercera temporada debido a discrepancias en el equipo.

'The IT Crowd' tiene tics machistas y homófobos. Se mire por donde se mire los guiones de los primeros capítulos no podrían ser emitidos a día de hoy. Aunque la serie evolucionó desde su estreno en 2006 -estuvo en antena hasta 2010 y años después contó con un episodio especial- siempre mantuvo su estética 'cutre'. La prueba incontestable de su éxito como obra de culto es preguntar a cualquier amigo informático sobre ella y ver la cara de fascinación que se le queda.

Ese mismo colega es posible que te haya hablado de 'Freaks and Geeks' y aún no le hayas hecho caso. Va siendo hora, al fin y al cabo solo son 18 capítulos. La ahora considerada el icono de comedias gamberras de instituto e incluso el espejo en el que muchas ficciones quieren mirarse fue cancelada tras una sola temporada. Contaba las frustraciones de un grupo de estudiantes inadaptados en busca de su identidad: Los llamados bichos raros (freaks) y amantes de la ciencia ficción (geeks). Cosas del paso del tiempo, mientras James Franco vivía el primer fracaso televisivo de su carrera, James Van Der Beek arrasaba en su papel de Dawson ('Dawson Crece' 1998-2003). ¡Quien los ha visto y los ve!

Pero las series de culto no entienden de géneros. La ciencia ficción en sus distintos niveles de intensidad -desde el más bajo situado en 'Alias' (2001-2006) hasta el máximo representado por 'Battlestar Galactica' (2004-2009) o 'Firefly' (2002)-, lo tribal liderado por 'Xena, la princesa guerrera', o cualquiera protagonizada por David Hasselhoff, ya tienen su lugar en el Olimpo.

Otras intentan vivir de las rentas apelando a la nostalgia. La reciente (y venerada) 'Stranger Things' probablemente no hubiera triunfado en el siglo pasado. Pero entonces, y también así, la estaríamos reivindicando ahora por su digna transición de la caspa al culto. Y a Winona Ryder también.