Oviedo, una ciudad que no durmió la siesta ni en toda la noche

Sobre las siete de la mañana de este domingo, en la fuente de la Plaza de Castilla Santiago Colombatto ondeaba una bandera. Sin camiseta, con los pantalones del partido y restos de sangre en una rodilla de un golpe durante el encuentro, el argentino era la viva imagen de la alegría y las celebraciones por el ascenso.

Tras la fiesta sobre el césped del Carlos Tartiere, el equipo se dirigió a un escenario situado en la confluencia de la avenida de Galicia y la calle Hermanos Pidal. Al mismo se fueron subiendo poco a poco los jugadores, cuerpo técnico y también Jesús Martínez, junto al resto de dirigentes del conjunto carbayón. También los concejales Mario Arias, Covadonga Díaz y José Ramón Prado.

Los aficionados, mientras esperaban la llegada del equipo, se daban el tradicional baño en la fuente de la Plaza de América, todavía teñida de agua azul. Sobre el escenario, el maestro de ceremonias fue el humorista Joaquín Pajarón, que contó con la inestimable ayuda de Diego Cervero, que copó el micrófono en buena parte de la fiesta. El médico azul tiene experiencia en esas lides del último ascenso azul a Segunda.

Uno a uno fueron presentando a los jugadores que saludaron a los allí presentes. Alguno, como Alemao, se atrevió a cantar. Lo que también hizo Cazorla entonando el 'Volveremos' de Melendi que ya había cantado en el campo.

Hubo momentos emotivos en la celebración, como cuando uno de los capitanes, Dani Calvo, comenzó a corear el nombre Pelayo Novo, exjugador azul fallecido hace un par de años. De hecho, llevó una camiseta suya en la celebración.

Tras un par de horas sobre el escenario, los jugadores y miembros del club se desplazaron a una céntrica discoteca, donde tuvo lugar una fiesta privada que se prolongó hasta altas horas de la madrugada.

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