Ruta de los Molinos del Río Profundu

Valbucar - Molín de Criselda - Villaverde - Profundu - El Pitu - La Perea - Perniles - D'arriba - Pascual - La Ullina - La Peña - Esprón - Rosicu - D'arriba - Buslaz

La ruta de los Molinos del Río Profundu que te proponemos en 'De Montaña por Asturias' es una de las rutas más atractivas y emblemáticas de Villaviciosa, sobre todo por la gran belleza paisajística que nos regalará esta ruta desde principio a fin y también por su gran interés etnográfico. Evidencia de ello son los numerosos molinos de agua en diferente estado de conservación e integrados con la vegetación, con los que nos iremos encontrando a lo largo de todo el recorrido.

Una caminata de unos 7 km de ida y otros 7 km de vuelta recomendada para toda la familia, que nos conducirá a integrarnos en un bonito bosque de ribera repleto también de numerosos seres mitológicos que encontraremos prácticamente a cada paso y mimetizados con los árboles y los helechos. Una ruta que sin lugar a dudas gustará a niños y mayores y que no te puedes perder. ¿Nos acompañas?

La ruta de hoy la iniciaremos en la localidad de Valbúcar perteneciente al concejo de Villaviciosa, donde podremos dejar aparcado el coche justo delante del comienzo de la ruta y donde encontraremos una pequeña explanada cercana al arcén de la carretera.

Desde esta zona ya podremos intuir el inicio de la ruta en ligero ascenso por un camino que nace a la izquierda de La Vega y junto al que encontraremos un panel informativo sobre la ruta de los Molinos del Río Profundu. Un cartel en el que ya podremos intuir la gran cantidad de molinos con los que nos encontraremos en esta ruta, en cuyo itinerario llega a nombrar hasta 18 molinos, aunque en la página del Principado de Asturias llegan a nombrarse unos 22. Una evidencia más que suficiente de lo importante que pudo ser esta zona y cada uno de sus molinos en un pasado no muy lejano.

Comenzaremos siguiendo las señalizaciones del PR.AS-137 por un cómodo camino de tierra ancho y bastante llano por el que a unos 300 m nos encontraremos con el primer desvío que tomaremos hacia la derecha y en dirección Buslaz.

Una vez tomado este primer desvío nos encontraremos un pequeño pueblo con su panera.

Después de pasar estas tres o cuatro casas, algunas de ellas derruidas por el paso del tiempo, la ruta nos recibirá con un escenario completamente verde rodeado de vegetación, zonas de árboles y musgo que solo nos abandonarán en contadas ocasiones a lo largo de la ruta.

Por el momento continuaremos sin desviarnos y sin ninguna pérdida, ya que toda la ruta la encontraremos completamente señalizada. Pronto comenzaremos a ver el río a nuestra derecha que también nos acompañará durante todo el recorrido y también uno de los primeros molinos de esta caminata: el Molín de Criselda, aunque de él solo veremos su cartel, ya que para verlo hay que estar dispuestos a mojarse y a cruzar el río.

Una vez lo hayamos pasado, es el momento de continuar con nuestra ruta sorteando como podamos las zonas más embarradas, que en esta época y debido a las últimas lluvias son bastante frecuentes.

Durante nuestro camino y prácticamente también durante toda la ruta, numerosos seres mitológicos integrados dentro de los árboles y del río se encargarán de amenizarnos cada uno de los tramos.

Hasta el punto de llegar a parecer parte del paisaje y unos compañeros de ruta más en el camino.

Pocos metros después, el camino de tierra nos llevará a abandonar por unos minutos la vegetación para obligarnos a salir a un tramo de carretera compartida por coches pero no muy frecuentada.

Siguiendo las flechas y las señales de la ruta seguiremos de frente pasando un pequeño tramo de casas y fincas que pronto nos darán paso a un nuevo tramo rodeado de vegetación por el que volveremos a encontrarnos cercanos al río.

Aunque antes de seguir, la curiosidad nos conducirá a desviarnos por un pequeño puente de madera a nuestra derecha por el que encontraremos el Molín de Villaverde, al que podremos acceder fácilmente y que encontraremos camuflado entre la vegetación.

Después simplemente volveremos sobre nuestros pasos hasta regresar a la pista asfaltada y seguir nuestro camino por el PR de nuestra ruta. Por esta pista, a los pocos metros las señalizaciones nos obligarán a continuar nuestro camino tomando un desvío por pista ancha de tierra a la derecha, que nos llevará a pasar frente al vivero de plantas de frutos del bosque y varios de los invernaderos de El Cierrón.

Continuaremos por la cómoda pista de tierra y a la vera del río disfrutando de cada escenario casi mágico que nos regalará el camino, de algún que otro rápido que forma el río y de cada uno de los seres mitológicos que nos seguirán acompañando.

Pronto descubriremos el Molín de Profundu, el cual encontraremos semiderruido y tomado por la vegetación y los helechos, siendo esto precisamente lo que consigue llenar estos molinos de encanto y darles ese aspecto como de recién sacados de un cuento.

Seguiremos con nuestra caminata, por la que será complicado perderse gracias a las constantes marcas y señalizaciones. En algunas zonas más embarradas de subidas o bajadas también encontraremos tramos protegidos con barandillas.

Cada vez la vegetación y los árboles ganarán más terreno, por lo que será fácil encontrarnos con tramos de la ruta en los que podamos sentirnos verdaderos seres minúsculos entre tanta arboleda. Tramos con una belleza única, que nos regalarán seguro los mejores escenarios para nuestras fotografías.

Otro puente de madera nos esperará varios metros más allá, por el que tendremos que cruzar el río para adentrarnos en el entorno que rodea al Molín de El Pitu.

Volveremos después sobre nuestros pasos para cruzar de nuevo el puente de madera y continuar recto en dirección a Buslaz, volviendo a integrarnos entre los árboles y retomando nuestro camino, que por pequeños tramos irá llevándonos entre llaneo y un ligero ascenso.

La ruta nos regalará a los pocos metros otro salto de agua más y este más imponente que los anteriores, no sabemos si creado por el río o como consecuencia de una antigua presa. Una parte de la ruta también llena de belleza.

Por el camino seguiremos encontrando nuevos restos de molinos y viejos canales de la recogida del agua de algunos de ellos, en su mayoría completamente derruidos o semiderruidos. Aunque continuaremos encontrando algunos mejor conservados que otros o con gran parte de ellos todavía en pie, como el de La Perea al que podremos acceder cruzando un nuevo puente de madera.

También el Molín de Perniles, el Molín d'Arriba, el Molín de Pascual, el de La Ullina, pero sobre todo el Molín La Peña.

Este en concreto lo encontraremos sobre el mismo cauce del río y dentro de un entorno casi mágico acompañado por una bonita cascada y completado con un nuevo ser mitológico. Sin duda, uno de los escenarios más bonitos de esta ruta.

Tras coger fuerzas contemplando este salto de agua, toca continuar por la senda que asciende por el margen izquierdo de la cascada y que nos conducirá de nuevo junto al río y muy cerca del Molín del Esprón, para el que tendremos que seguir por un camino evidente en bajada que encontraremos indicado con un cartel de madera en color rojo.

Desde este molino, llegaremos a otra zona de bosque por la que iremos viendo los molinos de Rosicu y d'Arriba, muy cercanos entre sí. Siendo este último el que se encuentra en mejor estado de conservación, junto con el Molín de Peña, que fue restaurado parcialmente en 1997 por el Ayuntamiento de Villaviciosa.

Desde el Molín d'Arriba podremos seguir nuestro camino a la vera del río hasta llegar a una pista que nos conducirá hasta la localidad de Buslaz donde podremos disfrutar de algunas manifestaciones de arquitectura popular y poner fin a nuestra ruta.

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