Carolina Díaz, directora de Asturias Hub Defensa: «El gasto en defensa va a abrir una ventana de oportunidad en Asturias»
«Todas las inversiones son una magnífica noticia para el ecosistema de la región»
La industria de defensa se encuentra en plena expansión al calor de los incrementos de la inversión anunciados tanto por la Comisión Europea como por los Estados miembros. Quizá ahora parezca evidente contar con una entidad que aglutine a las empresas del sector en la región, pero hace tres años, cuando surgió la iniciativa de crear Asturias Hub Defensa, «el contexto no era el mismo que el actual», explica su directora, Carolina Díaz (Oviedo, 1979). Ahora, impulsado por las grandes empresas tractoras, el ecosistema de defensa de la región tiene la oportunidad de sacar partido a un sector clave para la autonomía estratégica y la soberanía industrial, y para ello cuenta con la labor del hub como «conector de todas esas capacidades».
–¿Qué significa ganar el premio EL COMERCIO a la Iniciativa Empresarial?
–En primer lugar, expresar nuestro agradecimiento. Estamos muy orgullosos de recibir este premio, que para nosotros es un reconocimiento al esfuerzo colectivo de las empresas que forman parte de Asturias Hub de Defensa, pero también de todos los agentes y personas que hemos apoyado el desarrollo de este sector en Asturias, a pesar de partir de un contexto muy diferente al que por desgracia estamos viviendo a día de hoy, y que aun así creímos que esto podía tener sentido para nuestra región. Este premio refuerza la visibilidad de un sector en crecimiento que hoy es un referente en innovación, en empleo cualificado y en compromiso con el desarrollo industrial. En Asturias, la defensa combina tradición industrial con capacidades punteras en áreas como digitalización, robótica o materiales y, además, está llamado a jugar un papel muy importante en la autonomía estratégica europea.
–¿Cómo surgió el hub?
–Nació en 2022, no hace tanto que hemos cumplido los tres años. Inicialmente lo formaban 22 organizaciones, pero hoy somos ya más de 50, con un impacto de más de 3.000 empleos. Surgió del empeño de determinados agentes, como el del Centro Tecnológico Idonial o el del propio Gobierno del Principado, especialmente desde la Consejería de Ciencia, y de la Delegación de Defensa, en organizar a los jugadores que había en el sector de la defensa en Asturias con el objetivo de desarrollar un polo industrial de relevancia.
–¿Y qué objetivos persigue?
En el hub tenemos la peculiaridad de que somos un sector, pero también multisectoriales; es decir, trabajamos en torno a unos intereses de defensa y seguridad, pero las empresas que lo forman van desde compañías del metal o de fabricación avanzada, hasta empresas de tecnologías duales, que tienen aplicación a seguridad y defensa, como por ejemplo simulación, robótica, drones, digitalización y automatización, textiles, protección, logística y una lista muy larga de capacidades. Además, contamos tanto con grandes empresas como con pymes y startups. Eso hace que tengamos una capacidad de colaboración y de encontrar sinergias muy elevadas. Por eso, gran parte del foco de nuestra actividad es actuar como conector de todas esas capacidades. Ese es uno de nuestros objetivos. Algunas de las empresas sí que tienen una vinculación histórica con el sector, pero otras están comenzando su andadura y por eso es importante dotarlas de contexto y conocimiento especializado. Ese es otro de nuestros objetivos.
–¿Qué papel juega Idonial?
–Su rol es otra parte importante del hub. En primer lugar, como promotor, participando desde el comienzo en su definición y creación. Y también como centro tecnológico multisectorial, porque impulsa proyectos entre los socios. Además, cuenta con mucha experiencia previa en defensa a nivel tanto nacional como europeo. Mantiene, por ejemplo, una colaboración directa con la Agencia Europea de Defensa, lo que ayuda a posicionar Asturias en la primera línea de proyectos estratégicos europeos.
–Hay muchos casos de éxito de pymes asturianas con productos de referencia en el sector.
–En mi primer contacto con el sector, una de las cosas que más me llamaron la atención fue ver cómo pymes asturianas desarrollan tecnologías y sistemas altamente especializados. Por ejemplo, SVMAC ha desarrollado un vehículo terrestre no tripulado, que ha sido bautizado por la UME como Asturcón, cuya aplicación inicial nace en el entorno agroforestal para tareas de mantenimiento y desbroce, pero que tras su adopción ya ha sido utilizado durante la dana de Valencia o en labores de control de los incendios de este mismo verano. También están Signal Software, que ha desarrollado un sistema de asistencia basado en realidad aumentada para mejorar la conciencia situacional del soldado; Pixels Hub, una de las ocho empresas españolas que ha sido seleccionada para desarrollar el futuro sistema de combate aéreo europeo; ITS Safety, que diseña equipamiento resistente a condiciones extremas; o ACR Cases, una empresa pequeña que desde Ribadesella fabrica embalajes de transporte para más de 30 programas espaciales. Hay muchísimos más ejemplos.
–El incremento del gasto anunciado se presenta como una gran oportunidad. ¿Está Asturias preparada para aprovecharla?
–Esas inversiones anunciadas han puesto el foco en el sector y nos han dado mayor visibilidad. Vivimos un momento geopolítico muy complejo, donde vemos a diario cómo la defensa no es solo un sector económico, sino un pilar para garantizar nuestra libertad y nuestro modo de vida. Y por eso se ha convertido en una prioridad para todos los países europeos. En este contexto, esas inversiones van a abrir una ventana de oportunidad para regiones como Asturias. Todo este movimiento sitúa el sector en un lugar central con capacidad para generar empleo estable, para atraer y retener perfiles muy especializados y para demostrar que Asturias puede jugar un papel clave en la cadena de valor de la defensa y la seguridad a nivel nacional y europeo.
–¿Qué supone la apuesta de Indra por Asturias?
–Todas las inversiones son una magnífica noticia para Asturias. Y para nuestro ecosistema industrial y tecnológico, por supuesto, porque no solo consolidan la posición de la región en el panorama regional, sino que además también refuerzan un tejido multisectorial en el que conviven estas grandes tractoras con pymes más innovadoras. Lo importante es que estas inversiones creen un entorno de colaboración en el que todos los actores puedan aportar valor. Este efecto dinamizador que tienen las grandes empresas multiplica las oportunidades para las demás. Además, abre la puerta para que Asturias participe en grandes programas de defensa y seguridad.
–¿La competencia entre Indra y Santa Bárbara puede beneficiar al ecosistema productivo del Principado?
–Lo que hay que destacar es el potencial de Asturias, que cuenta con varios grupos insignia en el sector, como Santa Bárbara e Indra, pero sin olvidarnos de Rheinmetall Expal o de Escribano. Yo creo que ningún otro sector en la región se encuentra con tal aglomeración de campeones globales. Eso nos sitúa como un sector de los más estratégicos. El hecho de contar con estas grandes compañías tractoras en Asturias supone una gran oportunidad para todo el ecosistema regional.
–¿Cómo se gestiona un ecosistema como el de la defensa, con empresas tractoras por un lado y pymes por otro?
–En este sector, los grandes programas nacionales e internacionales suelen estar liderados por grandes contratistas. Pero su éxito se debe en buena medida también a la capacidad de integrar a estos proveedores especializados que aportan innovación, que aportan agilidad y un conocimiento o una especialización muy concreta. Nosotros promovemos encuentros operativos con empresas tractoras, no solo las de Asturias, sino con todas aquellas que consideramos relevantes, y nos coordinamos para que las oportunidades generadas lleguen a nuestras empresas más pequeñas, porque al final son las que realmente capitalizan el valor y generan empleo en el territorio. Se trata de abrir puertas, de optimizar flujos y de reducir barreras de acceso para las empresas de la región.
«Ya no basta con diseñar e innovar, hay que ser capaces de fabricar y de responder rápido»
–¿La experiencia acumulada y la vinculación histórica de la región con la defensa es una ventaja competitiva para las empresas asturianas?
–Es un punto muy interesante e importante que en muchos casos es desconocido incluso en la propia Asturias. Todos sabemos que la región tiene una relación histórica muy estrecha con la defensa. Trubia ha sido durante más de un siglo y medio un referente en fabricación no solo de blindados, sino también de artillería y municiones. Además, con una escuela industrial que marcó a varias generaciones. Hay que destacar también el papel de la antigua escuela de aprendices de Trubia, que fue clave y pionera a nivel nacional e internacional para formar mano de obra altamente cualificada y de la cual salieron profesionales que se convirtieron en la base de la industria metalúrgica y de fabricación avanzada en la región.
–¿Hay escasez de talento?
–Es un tema muy recurrente con nuestros socios. Necesitamos reforzar determinados perfiles técnicos. Por la parte de fabricación y metal, que es uno de nuestros núcleos de actividad, hay un auténtico cuello de botella para encontrar soldadores, mecanizadores y especialistas de planta que además conozcan las peculiaridades de este sector. A esto se suma la presión creciente de que los proyectos avanzados van a aumentar a un ritmo mucho mayor que la disponibilidad de profesionales. Y ya no basta con dominar los procesos tradicionales, necesitamos contar con profesionales que sean capaces de combinar esa experiencia con competencias en digitalización, en automatización o en robótica. Esto es lo que permitiría Asturias dar un salto cualitativo y posicionarse en estos grandes programas de defensa en los que queremos y además tenemos que estar presentes.
–¿Ha cambiado la percepción de la sociedad sobre el sector?
–La situación geopolítica nos ha hecho ver que no es solamente un sector industrial o económico, sino que necesitamos de alguna manera garantizar nuestro modo de vida y nuestra libertad. Yo creo que eso ha hecho que todos aquellos que no están vinculados directamente al mundo militar o a este sector entiendan las necesidades reales de desarrollar estas capacidades. Dicho esto, es evidente que el contexto actual no es deseable para nadie, pero es el la realidad que nos ha tocado vivir.
«Es importante dotar de contexto y conocimiento especializado a las empresas que empiezan»
–¿Cuáles son los principales retos que tiene por delante el sector?
–Desde un punto de vista global, el primer reto es garantizar la estabilidad presupuestaria. La defensa exige continuidad y visión a largo plazo, porque hablamos de programas que se desarrollan durante décadas. Otro es la alineación con Europa; es decir, Bruselas está impulsando iniciativas de enorme calado y el reto es que nuestras empresas se integren en esa agenda. El tercero tiene que ver con la capacidad industrial real. En este contexto geopolítico tan complejo, ya no es suficiente con diseñar e innovar, sino que hay que ser capaces de fabricar y de responder rápido. Si hablamos de Asturias, también hay tres prioridades: el capital humano, la visibilidad y la cohesión. Hay necesidad de perfiles técnicos e ingenieros, necesitamos que fuera de Asturias se perciba nuestra región como un actor con mucho que aportar y resulta vital consolidar este ecosistema.
–En un momento clave como el actual, ¿el sector tiene apoyo suficiente por parte de las administraciones?
–El respaldo institucional ha sido y sigue siendo un pilar clave para nuestro sector. La defensa y la seguridad son ámbitos históricamente muy vinculados a la acción del Estado, con un componente estratégico que va más allá de lo que es puramente industrial. En Asturias hemos contado siempre con el apoyo del Principado. Estuvieron en la propia concepción del hub. Han sido capaces de entender la oportunidad que supone este sector y no era fácil, porque el contexto en el 2022 no es el mismo que ahora. Pero también contamos con el respaldo del Ministerio, que nos ha dado visibilidad, de la Delegación de Defensa y del Regimiento de Infantería 'Príncipe' número 3. Ahora, el desafío es mantener y reforzar esta apuesta en el medio y largo plazo.