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«Era una iglesia muy distinta», cuenta José Antonio García Casal 'Pity' (1942), quien fuese presidente en Asturias de la JOC (Juventud Obrera Cristiana) ... entre la huelga de 1962 y el año 1964, cuando fue llamado al servicio militar. Había entrado en esta organización a los 16 años con la inquietud de formarse, de «descubrir cómo era el mundo en el que vivíamos», en un momento en el que la represión sofocaba cualquier indicio de pensamiento revolucionario.
Ahora, esta asociación que surgió con la intención de ser «una escuela de formación permanente» cumple 100 años y lo celebra con una serie de actos que comenzaron el pasado 12 de abril y finalizarán el 12 de mayo en Bélgica, el país donde tuvo su sede internacional. La delegación española celebrará su correspondiente evento en Madrid el próximo 26 de abril, «una conmemoración que incluye un homenaje al fundador, Joseph Cardijn», explica García Casal.
Fue precisamente Cardijn, hijo de un minero y nombrado cardenal por Juan XXIII, quien protagonizó uno de los momentos históricos de la organización en Asturias, pues acudió a Oviedo para el que sería el XVI Congreso Nacional de la JOC. Previsto para realizarse en el Teatro Campoamor, el gobernador civil suspendió el acto a última hora pese a las protestas de varias embajadas de otros países. Finalmente, tuvo que celebrarse en el patio del Seminario de Oviedo. Fue presidido por el arzobispo de Oviedo y el obispo consiliario de los Movimientos Sociales, reuniendo a 265 dirigentes y 52 consiliarios que representaban a 67 diócesis y federaciones.
«La organización pretendía formar obreros honrados y comprometidos», explica García Casal emocionado. «Era un movimiento educativo y evangelizador». Insiste en la función educativa, pues solo se acogía a jóvenes en edades de formación: al cumplir 23 años, debían abandonar la organización. Llegada esa edad, «no había más opción que entrar en temas culturales, políticos o sindicalistas», explica. «Nosotros optamos por los partidos y sindicatos clandestinos».
De hecho, él mismo ocupó responsabilidades en clandestinidad dentro de Comisiones Obreras y, a partir de 1975, formó parte de la dirección como secretario de Acción Sindical de Asturias. Más tarde, fue candidato a las elecciones generales de 1987 en la lista del PSOE asturiano; portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Oviedo; jefe de gabinete del presidente del Principado en tiempos de Juan Luis Rodríguez-Vigil Rubio y secretario general de la presidencia con Antonio Trevín Lombán. «Una vida interesante», bromea ahora, retirado de la política.
Recuerda con cariño a algunos de sus compañeros como Severino Arias, cofundador de USO Asturias, o Víctor García de la Concha, miembro de la RAE y fundador de la Oficina de Información del Obispado. También a Conchita Valdés, exdiputada de IU o Aida Fuentes, expresidenta de la JOC femenina porque, tal como explica, en aquel momento ya «había tantas mujeres como hombres, quizá incluso más. Y yo, por supuesto, me tuve que casar con una jocista».
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