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Varios brigadistas en pleno posteo con el fin de asegurar una galería. FOTOS: J.C. ROMÁN

La esperanza en forma de minero para rescatar a Julen, el niño que cayó a un agujero en Málaga

El equipo de salvamento de Hunosa lleva más de cien años ejecutando rescates

P. SUÁREZ / J. CANO / A. FRÍAS

GIJÓN.

Miércoles, 16 de enero 2019, 04:32

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Son verdaderos topos. Especialistas de las profundidades de la tierra. Un equipo de élite que se desenvuelve con soltura en los espacios más angostos y peligrosos imaginables. A metros y metros bajo la superficie, la Brigada de Salvamento Minero es la esperanza de aquellos que se encuentran en una situación límite. De ello dan cuenta numerosos operativos que a lo largo de más de cien años y por todos los rincones del mundo han precisado de la intervención de este escuadrón de expertos.

Fundada en enero de 1912, la brigada realizó su primer rescate en el pozo María Luisa, en Langreo, donde tuvieron que enfrentarse a una explosión de grisú (un gas incoloro, inodoro, inflamable y venenoso). Fue un estreno por todo lo alto y en el que, como en muchas de las ocasiones en las que interviene este equipo, no hubo que lamentar víctimas mortales. Algunos años después de ese rescate se constituiría la actual Asociación de Salvamento en Minas (ASM), de la que todavía forma parte la brigada. Su objetivo no es otro que prestar auxilio a las personas, instalaciones y trabajos de las minas en todos los casos de salvamento o restauración de infraestructuras, entre otros aspectos, en atmósferas irrespirables o venenosas.

El equipo está compuesto por un jefe de brigada, dos jefes de relevo, tres conductores, veinte brigadistas y un médico. Todos ellos son especialistas en diferentes ámbitos, como excavar en zonas de carbón u otros minerales. Solo hay una cosa en la que todos son expertos: trabajar en espacios diminutos y con el reloj en contra.

Túnel de Congostinas

Prueba de ello es la intervención realizada en el túnel ferroviario de Congostinas, en el puerto de Pajares, donde se declaró el incendio de un convoy formado por dos máquinas y 13 cisternas de gasolina y gasoil. Otra de los operativos más destacados fue en un incendio que tuvo lugar en 2007 en la cinta transportadora del lavadero del pozo minero de Modesta, en Langreo. En aquella ocasión, el fuego originado generó una nube de monóxido de carbono que intoxicó a 140 personas y obligó a desalojar de sus casa a más de 700 vecinos.

Este amplio conocimiento ha llegado incluso a traspasar fronteras, e incluso países extranjeros como México han requerido el asesoramiento de la brigada. Fue durante la tragedia en la mina Pasta de Conchos, donde 65 trabajadores quedaron sepultados a una profundidad de entre 50 y 150 metros.

El buen hacer de estos profesionales les ha dejado numerosos reconocimientos públicos a los que se suma la entrega de diversas distinciones como la Medalla de Oro con distintivo azul al Mérito de Protección Civil Española, en 2007. Sin embargo, la mejor recompensa para estos efectivos no es otra que la de poder ayudar a las personas. Esperan que en esta ocasión, puedan hacer lo propio con el pequeño Julen.

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