«En el plano científico tenemos mucho que mejorar en España»
Sara Barja, Científica ·
Creadora del proyecto COSAS para la obtención de hidrógeno 'verde', la praviana Sara Barja acaba de obtener una ayuda europea de 2,3 millonesBORJA PINO
PRAVIA.
Domingo, 30 de enero 2022, 01:24
En las últimas tres décadas la carrera por el descubrimiento de formas más sostenibles de producir energía ha cosechado éxitos espectaculares. Uno de los últimos hallazgos tiene nombre praviano: Sara Barja Martínez, (Pravia, 1984). Centrada en el estudio de formas más eficientes de producir hidrógeno verde, esta física reconvertida en química, con contrato Ramón y Cajal en el Centro de Física de Materiales de la Universidad del País Vasco, ha centralizado su labor en el proyecto COSAS ('Controlling Oxygen Selectivity at Atomic Scale'). Y por él acaba de obtener una subvención ERC Starting Grant, del Programa Horizonte Europa, dotada de 2,3 millones de euros. ¿Su meta actual? Lograr que la electrólisis del agua de mar llegue a ser un proceso rentable.
-Ante todo, enhorabuena.
-Muchas gracias. Es la cuarta vez que me presento. Las tres primeras me quedé a las puertas y en esta entré en lista de reserva. Cuando me dijeron que me seleccionaban no me lo podía creer.
-Ha conseguido una ayuda nada desdeñable. ¿Cómo se siente?
-Muy contenta, con una satisfacción inmensa. Pero también con mucho miedo, porque ahora toca hacer un buen uso de esos fondos. Son recursos limitados que me han entregado a mí en vez de a otros, debo estar a la altura. Además, desarrollar COSAS requiere de un equipo humano y a gestionarlo adecuadamente no te enseñan. Es todo un reto.
-Acerca de ese nombre... ¿Eligió COSAS deliberadamente?
-Totalmente. Me hacía ilusión que cuando me preguntasen en qué trabajaba pudiese decir que en mis cosas.
-Y, en este caso, ¿en qué consisten esas 'cosas'?
-De forma muy resumida, cuando queremos obtener hidrógeno a partir de una molécula del agua ocurren dos reacciones distintas: una nos da ese hidrógeno, pero otra genera oxígeno, que tiene poco peso económico. Con COSAS pretendo descender hasta la escala atómica de esos elementos para, en el proceso de electrólisis, poder controlar exactamente qué es lo que queremos generar, que sea selectivo. Por ejemplo, podríamos producir hidrógeno como fuente de energía y peróxido de hidrógeno como depurador de agua.
-¿Tendría utilidades prácticas?
-Sí. Como motivación social, se podrían purificar localmente aguas contaminadas con peróxido, al tiempo que se obtiene hidrógeno verde de ellas. Y en el caso del mar sería posible generar hidrógeno por medio de la electrólisis, evitando que se forme cloro por culpa de la sal y prescindiendo de grandes plantas desalinizadoras.
-¿En qué estado se encuentra actualmente este trabajo?
-La máquina está empezando a funcionar, hay una tesis en marcha, otro equipo de investigadores que se está uniendo y, sobre todo, hay una red estructurada con otros centros de Barcelona, Castellón y Madrid, que intentan abordar el problema desde otras perspectivas. La idea es que COSAS se integre dentro de una comunidad para, poco a poco, llegar a crear un modelo de tamaño suficiente para ser práctico. Espero poder empezar a hacer transferencias al ámbito industrial el año que viene.
-¿Ese es el margen que se da?
-En realidad, este es un proyecto que va mucho más allá, a cinco años vista, como poco. La implementación total llevará tiempo. Mientras tanto, esos 2,3 millones servirán para sufragar al equipo humano, el material, la planificación... De todos modos, el día de mañana el fruto de este proyecto esperaría encontrarlo más en los libros de texto que en una patente práctica.
-Es decir, una enseñanza intermedia, más que un fin último.
-Lo bonito de este proyecto es cómo vamos a entender estos materiales. Vamos a usar distintos tipos de instrumentación. Por ejemplo, un microscopio de efecto túnel que nos permite tocar los átomos del material, como si fuese el bastón de un hombre ciego. Vamos a poder palpar la esencia de la materia y eso es absolutamente fascinante.
-La esencia de COSAS es química, pero usted procede de la física. ¿Cómo ha llegado aquí?
-Por curiosidad y por la orientación de algunos profesores. Y, sobre todo, moviéndome mucho. Me licencié en Físicas por la Universidad de Oviedo, pero la tesis la hice en la Autónoma; estuve en el Lawrence Berkeley National Laboratory de Estados Unidos,, en el Instituto Max Planck de Stuttgart... Así supe qué camino quería recorrer.
-¿Cómo calificaría la situación actual de su sector en España?
-Hay muchísimas cosas que mejorar. Una de ellas es el valor de las ayudas estatales o autonómicas, muchas veces ni te conceden el total del dinero y eso te obliga a replantear el proyecto con el presupuesto disponible. Además, la burocracia es excesiva, si estamos investigando, no podemos dedicarnos a ella. Y, por otro lado, hay un serio problema de estabilidad, porque con contratos de un solo año, que son los que abundan, no puedes sacar adelante esta clase de proyectos.
-¿Es realista pensar en un futuro completamente 'verde'?
-Creo que sí. De hecho, ya lo estamos viendo con las baterías que usan los coches eléctricos. Antes aguantaban media hora, ahora puedes recorrer medio país sin recargar. Estamos en el buen camino y hay un esfuerzo conjunto por intentar encontrar alternativas que reduzcan la huella de carbono. Es lo que ocurrió con el agujero de la capa de ozono, la reducción de aerosoles funcionó.