Pasión vikinga en Galiana

Una colorida, ruidosa y divertida flota surcó ayer la calle de Galiana, convertida en un mar de espuma en el que nadaban miles de personas que un año más, y ya van 28, disfrutaron del descenso más internacional, folclórico y multitudinario de Avilés, el de la calle de Galiana, emblema del Antroxu. Y no solo había drakkar, la veloz embarcación vikinga, el tema de este año. También dragones, cabañas, bajeles piratas, madreñas, arietes y personajes mitológicos del antiguo, aguerrido y temido pueblo del frío Norte.

Algunos de los artilugios contaban con efectos especiales, desde humo o cañones de confeti a juegos de luces o movimiento, y casi todos emitían música. Lo mejor, las tripulaciones. Derrocharon humor, fantasía e imaginación, y demostraron tener amplios conocimientos de la cultura y las tradiciones vikingas que plasmaron en sus artilugios. Todos navegaban gracias a la inercia o al empuje de sus tripulantes, nada de motores.

Como siempre, el Descenso Internacional y Fluvial de Galiana comenzó con retraso, aunque ayer un poco más del habitual. Los cañones estratégicamente ubicados a lo largo del recorrido comenzaron a escupir espuma y espumógeno diluidos en agua a eso de las siete y cuarto de la tarde, tres cuartos de hora después del horario previsto. La culpa, también como siempre, del atasco que se montó en el punto de partida, la zona alta de la calle de Galiana y aledaños.

Fue un descenso récord, veinticuatro artilugios, dos más que en la pasada edición. Al frente marchaba la nave en la que viajaban los Reyes del Goxu y la Faba, la asociación juvenil Avante, fuera de concurso. Le seguía 'Con cuernos y a lo loco', de la peña Discovery, con un gran y cornudo vikingo escoltado por dos lobos hijos de Loki, el dios timador de la mitología nórdica.

El tráfico y quizá también la ausencia de vallado en alguna partes del recorrido, especialmente en la Plaza de España, la 'zona cero', ralentizó el descenso, cuestión que tampoco inquietó en exceso a las tripulaciones. Todas bailaban y se empapaban de agua, espuma y en muchos casos también de otro líquido muy apreciado en la cultura nórdica, la cerveza.

Los Juergapadres, padres de alumnos del colegio Paula Frassinetti, viajaban en un drakkar de considerables dimensiones. Un poco más atrás navegaba el artilugio de Los Polémicos, una banana inspirada en la película de animación 'Mi villano favorito', con música atronadora y máquina de humo incluida.

El de la Peña Abuela Anselmo, de El Pozón, fue uno de los más aplaudidos. Representaba el caballo alado de Odín, 'Sleiper', la montura en la que guerreaban las temibles valkirias. Su tripulación, ocho personas, sabía de mitología. Además del caballo, el ingenio, muy logrado, recreaba el majestuoso salón de Valhalla, en la ciudad de Asgard, gobernada por Odín, donde las valkirias escogían parra la batalla a los mejores guerreros muertos. De ahí las calaveras colgantes que portaba.

La peña El Puntazo navegaba a bordo de un gran vikingo montado en un barril de cerveza cuyos ojos se encendían, al igual que el enorme martillo que llevaba en una mano, y la Peña Versalles en una cabaña coronada por gárgolas luminosas y humeantes. Buenavista Revolution, por su parte, diseñó un ariete móvil montado en un gran tonel sobre el que viajaba un grupo de aguerridos guerreros. También fue muy aplaudido por el público. Había mucho, predominantemente infantil y juvenil, debidamente ataviado con botas de agua y prendas impermeables.

Dos horas

El descenso se prolongó hasta más allá de las nueve y media de la noche. En la parte de atrás de la flota viajaban una ambulancia vikinga, tripulada por personal sanitario que ayer llevaba de todo menos tiritas, el gran dragón de Parque Astur y la aldea gala de Pillarno Corporeison. También el drakkar de la Escuela de Artes y Oficios, muy realista.

'La Habitación Blanca', una sala de arte, apostó por un artilugio vanguardista, un gato tirando de un carro que portaba una alegoría de un bloque de hielo con un vikingo atrapado en su interior. Es la leyenda de la diosa Freyja, la diosa nórdica del amor.

Y así transcurrió el descenso, entre espuma, gente y diversión. Huelga decir que más de una de las embarcaciones acusó los efectos del vendaval, pero todas llegaron a puerto con las tripulaciones a salvo, aunque tampoco indemnes. A fin de cuentas, en Antroxu vale todo.

Ganó la majestuosa 'Pasión vikinga' de la Peña Ébano. Es, al menos, su quinta victoria en Galiana, ayer con un gran drakkar del que sobresalía mujer casamentera sentada en popa no excesivamente atractiva y más bien gruesa, deseosa de encontrar su media naranja, que para algo era San Valentín. La segunda posición fue para 'El xorrón de Thor', un espectacular y humeante dragón articulado de gran formato, y completó el podio el ya referido 'Odín, Odán por Galiana galoparán' de la Peña Anselmo. Los ocho primeros llevaron premio, 6.500 euros en total.