Adrián Barbón recurre a la UE «como presión» al Gobierno central en la supresión del peaje

El presidente asturiano, Adrián Barbón, explicó que el Gobierno regional ya ha trasladado su postura -contraria a mantener el peaje- ante el Ministerio de Transportes y la Comisión Europea y que ha solicitado participar en el procedimiento abierto en Bruselas «para que la voz de Asturias sea escuchada en cada paso de este proceso». Recalcó incluso que el Principado «hará todo lo que esté en su mano, absolutamente todo, y por todas las vías posibles, para que este proceso concluya con la revocación» del peaje. Sin embargo, y pese a que en estos momentos la pelota está en el tejado del Ministerio de Transportes, en sede parlamentaria el dirigente socialista evitó confrontar directamente con el departamento que encabeza Óscar Puente y no mencionó en ningún momento el papel que debe adoptar la Administración central en este conflicto. El presidente anunció que el Gobierno autonómico «solicitará directamente a la Comisión Europea antes de fin de año la eliminación del peaje». Una estrategia que llamó la atención, ya que implica reclamar a la UE que insista en lo que ya ha dictaminado.

Horas después de que finalizara el discurso de Barbón, desde el Gobierno regional quisieron subrayar que la medida supone «un paso más» en la estrategia desplegada hasta ahora por el Principado y que su fin último es, precisamente, presionar al Gobierno central. La iniciativa, explican fuentes del Ejecutivo, se enmarca «dentro de una estrategia destinada a facilitar al máximo que se materialice cuanto antes el dictamen de la Comisión Europa, presionando al Ministerio de Transportes para que actúe de manera inmediata». «El Gobierno no se conforma ni se resigna. Damos este paso con firmeza y determinación: exigimos a la Comisión Europea como al Ministerio de Transportes el fin inmediato del peaje del Huerna, mediante el procedimiento abierto y mediante acciones complementarias», resolvieron estas mismas fuentes. Para ello, el propio presidente aseguró que acudirá a Bruselas «cargado de razones, con toda la coherencia política y con el aval jurídico de un informe encargado expresamente para este fin».

Además, confirmó que este mismo lunes se convocará a la Alianza de Infraestructuras para tratar de forjar el máximo consenso político y social en torno a esta medida, porque «nunca habíamos estado tan cerca de acabar con esta injusticia», aunque, en clara alusión a la plataforma ciudadana impulsada desde la Cámara de Comercio de Oviedo, dijo estar abierto a cualquier iniciativa «que se sume a este empeño».

El posicionamiento del Gobierno de Asturias en relación con el peaje fue uno de los asuntos que más atención acaparó en el discurso del presidente, que —tal y como estaba previsto— hizo una llamada a la unidad para aprobar los presupuestos de 2026 que permitan reforzar la prevención de incendios, apoyar al medio rural y garantizar el cumplimiento del pacto Asturias Educa; preservar el acuerdo en materia de financiación autonómica y garantizar el suministro energético. El presidente pidió a los grupos parlamentarios que le escuchaban «no dejarse dominar por un electoralismo precipitado», porque, dijo, «ya habrá días de sobra para exaltaciones, mítines y proclamas».

El presidente hizo también un repaso de los hitos alcanzados en lo que va de legislatura, pero reconoció que no es momento de «recrearse» en lo logrado sino de afrontar los meses «decisivos» que quedan por delante para «consolidar el resurgir de Asturias». Y, aunque insistió en su invitación «abierta y franca» al diálogo y al acuerdo, quiso dejar claro que su gobierno mantendrá una «orientación inequívoca de un gobierno de unidad progresista», priorizando cualquier pacto con la mayoría de izquierda que existe en la Cámara asturiana y de la que depende el voto de la diputada Covadonga Tomé. Aunque sin citarla.

El dirigente hizo un repaso exhaustivo de los planes para los dos próximos años de legislatura, recordando compromisos ya adquiridos e inversiones pendientes, y aprovechó también para lanzar algunos anuncios, como la creación de una unidad para atender enfermedades raras en el HUCA o la puesta en marcha, en 2026, del Fondo de Consolidación Empresarial, dotado con diez millones de euros. Reiteró los anuncios ya formulados en materia de prevención de incendios y defendió la «vocación y sensibilidad ruralista» de su Gobierno frente al uso del medio rural por parte del PP y Vox como escenario para «batallas de gallos».

Aseguró que su empeño es que Asturias saque partido de todas las oportunidades y, bajo esta premisa, explicó que la Oficina Económica de Presidencia tiene en el radar «60 proyectos que suman 5.000 millones de inversión». Añadió que, al margen del pujante sector de defensa, se dará prioridad a la industria cinematográfica, con un plan de inversión de entre 15 y 20 millones y la puesta en marcha de una escuela de cine.

Además, pese a llegar al debate sin haber logrado firmar los pactos por la industria, cuidados y medio rural prometidos hace ahora un año, el presidente insistió en la necesidad de un pacto de Estado por la siniestralidad laboral y anunció el impulso de tres nuevos centros públicos de I+D+i en colaboración con la Universidad de Oviedo en áreas vinculadas al cáncer, al origen de la vida y a la industria espacial. Reiteró el compromiso de su Gobierno por un turismo de calidad que evite la masificación, recordando su apuesta por el control sobre las viviendas de uso turístico y la ampliación de una tasa voluntaria y municipal que ya se está tramitando desde la Vicepresidencia del Principado.

Tras reprochar que los votos del «PP ampliado (en referencia a PP y Foro) y de Vox» habían impedido sacar adelante en esta legislatura la oficialidad del asturiano, celebró los avances en la protección de los «derechos culturales» y el fortalecimiento de nuestras lenguas con la aprobación, en los próximos meses, del proyecto de Ley de Cultura del Principado. Defendió también la reforma fiscal que pretende aprobar este mismo año , que «favorece al 80% de los declarantes», e instó al PP a «rectificar» y darle su apoyo. «Es un debate sencillo: o se está con la gran mayoría social o con la minoría más rica», espetó el dirigente autonómico, que, por contra, evitó hablar de la polémica en relación con la quita de la deuda o la negociación bilateral del Gobierno central con Cataluña para reformar su sistema de financiación.

El presidente comenzó y finalizó el discurso recordando los momentos más duros de la legislatura: los incendios que asolaron la región el pasado agosto, el trágico accidente laboral en la mina de Cerredo que costó la vida de cinco personas y las manifestaciones del profesorado. Quiso mencionar a las exconsejeras Belarmina Díaz y Lydia Espina, a quienes agradeció su trabajo y su decisión de dar un paso atrás para favorecer la resolución de los conflictos en los que se vieron inmersas. Además, en relación con la crisis educativa, reconoció que a su equipo le habían fallado los «sensores para detectar el malestar», pero sacó pecho por el compromiso de su Gobierno en materia de educación con medidas como la red de escuelas infantiles o la gratuidad de la matrícula universitaria, «que sitúan al Principado a la vanguardia del sistema», e instó a la oposición a apoyar las cuentas de 2026 que recogerán uno a uno los compromisos alcanzados con la comunidad educativa. «Comprobaremos qué fuerzas están de veras con la educación pública y cuáles sólo lo están de boquilla, a rebufo de las movilizaciones», dijo. Hubo en su discurso, además una condena explícita al ataque del Estado de Israel a Gaza, que provocó aplausos en la bancada socialista.