El Llanes de Antonio Trevín: de los servicios públicos al impulso del turismo con marca propia
En sus primeros años de alcalde se empeñó en mejorar la calidad de vida de los núcleos más pequeños. Poco a poco llegaron los grandes proyectos
Fue maestro, concejal, diputado, director general de Educación, presidente del Principado… Fue una importante figura del socialismo asturiano. Pero Antonio Trevín fue, sobre todo, alcalde ... de Llanes. Coinciden en señalar quienes llegan a ocupar el máximo cargo de sus 'pueblos' (porque Llanes fue siempre el hogar de Trevín por más que fuera avilesino) que es el mayor honor que hayan podido tener. También lo fue para Antonio Trevín.
Y además, por partida doble. Casi triple. Porque, pese a todo y pese a muchos, quiso regresar siempre al lugar donde había empezado. Recogió el bastón de mando por primera vez en 1987 y lo mantuvo hasta que, en 1993, el partido consideró necesario que ocupara la Presidencia del Gobierno del Principado. Tras perder las elecciones a la Presidencia de Asturias en 1995, las que ganó por primera el PP en Asturias, volvió a la Alcaldía en 1999 y siguió en 2003. Y todavía quiso regresar una vez más, en 2022, y aunque fue el candidato más votado, no logró hacerse con el gobierno local. Hombre querido y respetado en el socialismo asturiano, no todo el mundo entendió ese último intento de regreso, porque el largo periodo de poder socialista en el municipio llanisco, no sólo en manos de Trevín, había dejado muchas luces. Pero también una sombra: la del urbanismo.
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Mucho ha cambiado ese Llanes de principios de los 80 a cuyo Consistorio llegó como concejal y portavoz del grupo socialista Trevín con este último, en el que aún peleaba hasta hace bien poco desde la oposición. Recordaba estos días de luto el también expresidente Juan Luis Rodríguez-Vigil aquellas inundaciones de los 80 en Llanes en los que, a falta de que apareciera el alcalde, Trevín se recorrió casa a casa. Dice que ahí se ganó a los vecinos. Sin duda, nadie ha sido más la cara visible del oriente asturiano. Quienes trabajaron codo con codo con él en aquellos años hablan de su capacidad de trabajo y de recorrer el concejo y bromean con lo caro que hubiera salido pagarle por horas. «No estábamos acostumbrados en el oriente a un alcalde así».
En aquellas primeras etapas hubo de centrarse en lo urgente, en servicios públicos como el abastecimiento y la iluminación, que no llegaban aún a toda la población del concejo. Una de sus prioridades fue igualar la calidad de vida de los núcleos más grandes con los más pequeños, de ahí que en un principio hubiera que centrar los esfuerzos en eso, en agua, luz, electricidad, asfaltado de caminos… También, desde siempre, en las comunicaciones. Mucho que hacer le dieron estas últimas a lo largo de sus diferentes etapas en el Ayuntamiento, con la construcción del tramo Unquera-Llanes como principal caballo de batalla.
El puerto
A los servicios básicos se fueron uniendo poco a poco otros proyectos más ambiciosos: las Escuelas Taller, pioneras en España, por ejemplo, y los planes Leader. Actuaciones en el ámbito de la cultura y los deportes. Y el impulso del turismo cuando éste aún no ocupaba un papel preponderante en las políticas públicas. Dos cuestiones le importaban: el turismo rural, como forma de conseguir ingresos para los núcleos más pequeños, y lograr un modelo de turismo de calidad. Y a partir de ahí, con los años, Llanes fue desarrollando su propia marca. Fijaron la vista en municipios como Santillana de Mar y Comillas y hacia ese modelo fueron, sumándose a cuantas iniciativas consideraban que serían beneficiosas, como la 'Q' de Calidad o las Banderas Azules.
Ese diseño de marca tuvo su momento culminante, sin duda, en la transformación del puerto de Llanes y los Cubos de la Memoria de Agustín Ibarrola, llamados a ser «el mural más grande del mundo», como titulaba EL COMERCIO la crónica de la presentación del proyecto en 2001. Dolores Álvarez Campillo continuó después con la labor iniciada por Trevín.
Fue Antonio Trevín un hombre querido en Llanes y en estos días de luto y despedida ha quedado muy claro. «Volvió a ganar las elecciones», dicen sus allegados para recordar esa unión que tuvo hasta el final con su pueblo y con su gente. Y eso que, como hemos recordado, la sombra de las polémicas urbanísticas rondaron siempre a los gobiernos socialistas de un concejo que ha permanecido durante décadas sin planeamiento urbanístico, con planes generales anulados en los tribunales una y otra vez y políticos condenados. Pese a ocupar la Alcaldía durante muchos años nunca estuvo Trevín implicado directamente en ninguna de las cuitas judiciales. Pero, sin duda, la falta de seguridad jurídica en el ordenamiento ha lastrado el crecimiento de Llanes a lo largo de los años.
El papel que jugó como alcalde ha sido también puesto de manifiesto por la Asociación de ex Alcaldes y Alcaldesas de Asturias, que le define como «uno de los mayores y más importantes referentes del municipalismo asturiano». Un municipalismo en el que empezó y al que dedicó la última etapa de su vida, manteniendo hasta el final crudos enfrentamientos con el equipo de gobierno. «El que lo lleva en la sangre…», dicen de él. Sin duda, Trevín llevaba a Llanes.
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