La reforma fiscal que reduce el IRPF a las rentas más bajas sale adelante entre críticas porque «sigue machacando a las clases medias»
La medida supone rebajas principalmente a quienes cobran menos de 35.000 euros, introduce mecanismos para que no beneficie a partir de los 55.000 euros e incluye subidas a partir de los 175.000
La reforma fiscal impulsada por el Gobierno del Principado y pactada con la diputada del Grupo Mixto, Covadonga Tomé, se aprobó esta mañana en ... la Junta General, tal y como estaba previsto, después de un acalorado debate político en el que los dos bloques del parlamento mostraron una vez más sus diferencias en materia fiscal. La reforma, a grandes rasgos, permitirá ahorrar «al menos» 119 euros anuales a las rentas de hasta 35.000 euros y beneficiará también, aunque de forma mucho más moderada, a quienes ingresen hasta 55.000 euros. A partir de ahí, el efecto de la reforma queda neutralizado hasta las rentas de más de 175.000 euros, donde se aplica una subida.
La reforma, que fue aprobada con los votos de PSOE, IU-Convocatoria por Asturies y de la exdiputado de Podemos, incluye además un incremento del gravamen a los grandes tenedores (propietarios de más de diez inmuebles, o cinco en zonas declaradas tensionadas) a través del Impuesto de Transmisiones y extiende este recargo a las personas físicas o jurídicas que adquieran un edificio entero para usarlo como vivienda turística.
Su debate en la Junta General puso en evidencia las diferencias políticas entre los dos grandes bloques. De un lado, las fuerzas de la izquierda destacaron que se trata de una medida que beneficia a la mayoría social y avanza en un sistema fiscal más progresivo en el que paga más quien más tiene. Por el otro, la derecha criticó que la reforma se olvida de las clases medias y que siga subiendo los impuestos a las clases altas.
El diputado popular Andrés Ruiz consideró que la reforma obedece a un intento del Gobierno regional de demostrar que «también era capaz de bajar los impuestos, como Cataluña, pero acabó enredado en una carrera en ver quién de todos ustedes (PSOE, IU y Covadonga Tomé) es más de la izquierda». El parlamentario afeó que, mientras el Principado atribuye las críticas del PP a «intereses ocultos», la reforma no beneficia a «muchos profesionales cualificados de clase media», que bajo su punto de vista verán además incrementados sus impuestos a causa de la inflación.
Igualmente, criticó que en esa «guerra por ser más de izquierdas» se haya subido el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales a los grandes tenedores, pese a que el impacto «será mínimo» e incluso contraproducente, y por lo tanto «no solucionará el problema de la vivienda». «Todo porque su socio de gobierno tiene alergia a que los asturianos tengan vivienda en propiedad», espetó.
Argumentos en esa línea aportó también el diputado de Foro, Adrián Pumares, quien insistió en que no deflactar los tramos impositivos del IRPF «supone al final una subida de impuestos», calificando la reforma de «insuficiente, incompleta y muy lejana a lo que necesita la sociedad actual». Pumares tildó además de «demagógica» la subida fiscal a los grandes tenedores, que según él son quienes podrían invertir en la rehabilitación de la vivienda usada. «No tiene ni pies ni cabeza», censuró.
En la misma línea, el diputado de Vox, Gonzalo Centeno, acusó al Gobierno de «seguir machacando a las clases medias para distribuir el producto de su saqueo en asociaciones afines» para la compra, ironizó en referencia a la intervención realizada 24 horas antes por su compañero de bancada, Javier Jové, en «condones con sabor a fresa». «Que la Virgen de Covadonga ampare a las clases medias», concluyó.
La propuesta fue defendida por las formaciones que sustentan el Gobierno. El secretario de Organización de la FSA-PSOE y diputado socialista, Luis Ramón Fernández Huerga, sostuvo que se trata de una propuesta «pensada para la mayoría social» y criticó que ninguna de las fuerzas de la derecha «hable de los servicios públicos» cuando propone mayores rebajas fiscales.
Desde IU-Convocatoria por Asturias, Delia Campomanes indicó que la reforma permite avanzar en un sistema más justo y progresivo, pero negando que las clases medias vayan a tener más presión fiscal: «Van a pagar lo mismo que antes», zanjó. Aunque a su grupo le hubiera gustado ir «un poco más lejos», mostró satisfacción porque IU-Convocatoria fue «determinante» en la reforma y calificó de «valiente y un mensaje claro contra la especulación» el gravamen a los grandes tenedores, cuya intervención en el mercado «encarece el acceso a la vivienda».
En esa línea se manifestó también la diputada del Grupo Mixto, Covadonga Tomé, clave para la aprobación de la reforma, quien forzó al Gobierno a ir un paso más allá en su cerco a los grandes tenedores, «reforzando la idea de que la vivienda es un derecho y no un negocio». Además, replicó al diputado popular que ella era una de las profesionales de clase media a las que no les afectará la rebaja fiscal y que estaba «muy contenta» por seguir manteniendo la misma aportación al sistema: «No nos podemos quejar del infierno fiscal y luego querer los servicios públicos de Suecia», sentenció.
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