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Una locomotora 334 tirando de un Talgo VI en el lado asturiano de la variante de Pajares, durante la prueba de Renfe. ADIF

AVE hacia Asturias

Renfe mide el tiempo de reacción ante un incidente en la variante

Utiliza un Talgo VI remolcado por dos locomotoras para cronometrar lo que le llevaría llegar a la instalación desde León

Ramón Muñiz

Gijón

Jueves, 10 de agosto 2023, 01:56

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Nuevos avances en las pruebas de la variante de Pajares. Renfe operadora se ha puesto ya a calibrar los tiempos que le llevaría organizar una intervención en la infraestructura caso de incidencia. Para ello en las últimas noches fletó un Talgo VI con dos locomotoras 334 en sus extremos.

La idea era medir los tiempos de desplazamiento desde León hasta distintos puntos de la variante. La operadora pública va así ampliando su conocimiento de la nueva infraestructura de alta velocidad, en la que en recorridos anteriores ya testó la compatibilidad de sus trenes con la vía y la respuesta del sistema de gestión de tráfico ERTMS.

La actualidad de la variante pasa ahora por ir dando respuestas a las incidencias detectadas durante las pruebas anteriores, haciendo reajustes para que todos los sistemas y subsistemas funcionen conforme marca la abundante normativa técnica que regula el sector ferroviario.

La seguridad es la divisa en la que se mueve un sistema donde el accidente de Angrois sigue sobrevolando y espoleando esfuerzos regulatorios y de desarrollo técnico para evitar riesgos. La variante debe quedar preparada para el paso de centenares de viajeros metidos en trenes que pesan más de 300 toneladas y circulan por encima de los 200 kilómetros por hora.

El siguiente paso, una vez cerrado el expediente de riesgos, es poner la infraestructura a disposición para las pruebas de fiabilidad, las más exigentes, donde se someterá a la variante a situaciones límite de velocidad y congestión.

Si nada se tuerce, en septiembre comenzaría la formación de los maquinistas que recorrerán a diario la variante, así como los simulacros. Están previstos varios ensayos. En cada ocasión entra un tren y se actúa como si tuviera un incendio.

Los figurantes reclutados deben abandonar sus asientos, los bomberos de los parques definidos salir a atender la incidencia, así como los profesionales sanitarios. Uno de los ensayos estaba pensando en el lado asturiano, otro en el leonés, y hay uno mayor que implica a los servicios de emergencia de ambos lados.

La idea es que antes de que termine septiembre esté el expediente de Adif listo para su remisión a la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, que es quien tiene que validarlo y confirmar la apertura al servicio comercial. La promesa del Ministerio de Transportes es que el hito se alcance a lo largo de noviembre, lo que permitiría trenes que unan Chamartín y Oviedo en tres horas, tardando media más para Gijón. La conexión Oviedo-León quedaría en una hora, media más para Sanz Crespo. Las obras de la variante empezaron en 2004.

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