Rosa Brun despliega «la belleza de la geometría»
La artista inaugura en la capilla del Barjola una muestra que se podrá visitar hasta el 17 de agosto
La capilla del Museo Barjola, ese espacio tan atractivo para los artistas por sus altas paredes, por su gran cúpula y una inimitable idiosincrasia, ... se ha llenado ahora de formas, planos de color, luces y sombras. Las pinturas expandidas de Rosa Brun, a medio camino entre la práctica pictórica y la escultura, no han sido pensadas específicamente para ese espacio, pero establecen con él un diálogo armónico, silencioso y solemne.
La artista, ante la propuesta de crear un proyecto específico para este lugar, inició una búsqueda de obras que encajasen con «esa idea de ascendencia espiritual», pues no deja de ser una capilla de origen sacro, con un vínculo ineludible a «la idea de la altura, de lo ascendente, de la luz a través de las vidrieras»; a «todo aquello que no está, que está más allá». Aspectos que enlazan, precisamente, «con esa idea de la contemplación; de la búsqueda interna de la emoción que surge de la contemplación o la meditación».
Preside el espacio una pieza monumental, 'Jordanus', que con sus cuatro metros de ancho y tres de alto dirige la mirada del espectador hacia la parte central de la capilla. «La escala para mí es determinante», argumenta la artista. «Hago obras de gran formato donde pretendo que el espectador, cuando pierde la forma de dirigir esa visión –porque el formato le sobrepasa–, quede directamente absorbido». Inevitablemente, «formas parte de la obra por su escala», y eso es algo «determinante» a la hora de establecer la relación con el espectador, porque exagerando los formatos consigue «interpelar al movimiento, al cuerpo». Y sucede así también con el resto de piezas que componen la muestra, esculturas verticales entre las que el visitante puede moverse para cambiar, explorar y analizar el ángulo de su mirada con respecto a las obras. Son trabajos que aluden «a elementos de la naturaleza», porque parten de la impresión que la artista confiesa sentir ante «la belleza absoluta de los elementos que nos rodean». «Me transfiere esa idea de lo absoluto, lo que no abarcamos, lo que no comprendemos en su inmensidad», y el resultado es una sensación, trasladada a sus obras, de «incertidumbre» y «desasosiego».
Una expresividad sobrecogedora, trasladada al público a través de «la belleza de la geometría», que se podrá visitar desde hoy hasta el 17 de agosto.
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