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Los planes de Arcelor para construir plantas de reducción directa del mineral de hierro (DRI) en Europa, entre ellas una en Asturias, han ... quedado oficialmente en suspenso después de que la semana pasada la siderúrgica informara de que los paraliza por su falta de viabilidad. Sin embargo, a renglón seguido, desde la multinacional se asegura que los proyectos están listos para acometerse cuando cambien las circunstancias y, de hecho, se insiste en que se sigue trabajando en la fase de ingeniería. Se trata, por tanto, de una suerte de órdago con una destinataria clara, la Unión Europea, a la que el grupo le da de margen un año para actuar.
«Las decisiones que se adopten durante los próximos doce meses determinarán el tamaño y la forma futura de la industria siderúrgica europea», avisa el presidente de Arcelor, Lakshmi Mittal, en un artículo en 'The Financial Times'. «Esperamos más claridad en el transcurso de 2025», aseguró, por su parte, el consejero delegado de la multinacional en Europa, Geert van Poelvoorde, durante la visita de los comisarios Teresa Ribera y Stéphane Séjourné a la factoría de Gante el pasado martes.
Europa tiene, por tanto, un año para cambiar el panorama actual, en el que el acero europeo sufre un 'efecto tijera', constreñido por los altos costes energéticos y medioambientales, mientras que el acero extracomunitario, en muchos casos producido con ayudas de Estado y más contaminante que el local, inunda los mercados del viejo continente a precios de derribo.
En este sentido, la ya vicepresidenta de la Comisión, Teresa Ribera, prometió apoyo para el sector, mientras que Séjourné insistió en que habrá un plan para el acero en los primeros 100 días de mandato del Ejecutivo. «Cuando se cumplan los 100 días llamaré a ver qué pasa», avisó también Van Poelvoorde.
El contenido de ese plan es aún desconocido, pero el comisario francés ha dejado caer alguna idea, como el desarrollo de nuevas medidas de defensa comercial, aunque siempre dentro de la normativa de la Organización Mundial de Comercio. Baraja, por ejemplo, elevar las cuotas libres de arancel que tiene el sistema actual. «Europa está preparada para defender su industria contra las prácticas desleales», avisó.
Además, también apuntó la necesidad de fomentar el uso de acero sostenible y local. «Habrá que incitar a las industrias a que consuman acero europeo», expresó Séjourné. Uno de los problemas a los que se enfrenta la siderurgia es, precisamente, que casi nadie está dispuesto a pagar más por ese producto con menor huella de carbono, ya que si la industria transformadora lo utiliza se disparan sus costes y es menos competitiva.
«Si se toman las decisiones correctas, Europa puede estar a la vanguardia de la tecnología más de 50 años», expresó Mittal. Tanto él como Van Poelvoorde son claros: Europa será la que decida el tamaño de su industria, pero ninguno es demasiado optimista. «Si solo la reducimos un 30% seré muy feliz», expresó este último, que cree que la cuestión es si se baja de ese 70% o cuánto.
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