El consumo de acero se recupera en España, pero se apoya en las importaciones, que superan el tercio del total
La producción creció el año pasado la mitad que la demanda y no recupera las cifras de 2019, con un alza de las compras foráneas del 20% desde entonces
El mercado del acero en España se está comportando mejor que a nivel europeo. De hecho, el año pasado mostró una ligera recuperación y el ... consumo creció un 6,5% en relación con 2023, hasta los 13,5 millones de toneladas. Sin embargo, este aumento se apoya, en buena medida, en las importaciones. En este sentido, la producción nacional aumentó prácticamente la mitad que la demanda, un 3,7%, hasta los 11,9 millones de toneladas, y sigue por debajo de las cifras de 2019. Mientras, las entregas totales subieron un 4,3% (12,1 millones). Son datos que se desprenden del balance hecho este miércoles por la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid), en la que se integra Arcelor, que tiene un peso significativo en la producción total nacional y que conserva en Asturias los dos únicos hornos altos de España. Esta organización recuerda, además, las amenazas que está sufriendo el sector por la presión que ejercen los productos extracomunitarios, que en muchos casos se basan en prácticas desleales.
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Por ello, a pesar de que la patronal del sector destaca la «ligera recuperación de la producción», avisa de que esta «sigue lastrada por un entorno internacional adverso y unos costes energéticos estructuralmente elevados» que no permiten recuperar la estabilidad previa a la crisis de la covid, a lo que se añade la competencia foránea que «amenaza con erosionar la industria nacional».
Las compras al extranjero han crecido un 20,4% desde antes de la pandemia y ya representan más de un tercio del consumo nacional. Solo en 2024, las importaciones se incrementaron un 3% (10,4 millones de toneladas), mientras que las exportaciones se estabilizaron en 7,7 millones (+1%), lo que al menos frena la caída de los dos años anteriores. No obstante, el resultado de esta evolución es un déficit comercial de 1.256 millones de euros, equivalente a casi 3 millones de toneladas netas importadas, lo que agrava la presión sobre la producción nacional.
Además, el comportamiento de la demanda interna no fue homogéneo. Frente al tirón de los productos planos, cuyo consumo creció el 9,5%, espoleado por sectores como el de las renovables, los largos sufren más y solo avanzaron un 3,7%. Esta evolución se nota en las factorías asturianas, en las que algunas líneas, como la de alambrón, están sufriendo mucho.
«El sector ha demostrado su capacidad de resistencia y compromiso con la economía circular, pero no puede afrontar en solitario los efectos de una competencia desleal ni unos costes energéticos que lastran la competitividad y que siguen sin resolverse», advierte Carola Hermoso, directora general de Unesid.
Pese a todo, explican en esta organización que el comportamiento del mercado en España está siendo mejor que el europeo, donde la demanda se ha mantenido más débil. Se justifica, apuntan también, «por el notable repunte de las importaciones extracomunitarias, que alcanzaron su cifra más alta desde 2007».
Por otro lado, de las ventas al exterior de las factorías españolas, la mayoría, 5,5 millones de toneladas (+0,7%) se destinaron a la Unión Europea y cerca de 2,2 (+1,5%) a terceros países. «A pesar de la ligera mejoría del mercado extracomunitario, su nivel apenas supera el de 2023, que fue el más bajo de los últimos veinte años», insisten desde Unesid.
«Necesitamos una política industrial europea sólida, acompañada de medidas urgentes que nos permitan competir en igualdad de condiciones», reclama Hermoso. Así, esta organización avisa de que el contexto sigue siendo muy complejo. «La debilidad de la demanda en China, la volatilidad geopolítica, la incertidumbre sobre las políticas arancelarias de Estados Unidos y la ralentización de la globalización generan un entorno incierto para una industria que es estratégica para la autonomía industrial y energética de Europa», explica la patronal.
En el lado bueno de la balanza, uno de los aspectos positivos que destaca Unesid es el crecimiento del reciclaje de chatarra, que sube un 1,4%, hasta 9,4 millones de toneladas, lo que consolida a la siderurgia española «como referente europeo en economía circular, y en la que ocho de cada diez toneladas de acero se fabrican a partir de chatarra reciclada». Estas cifras pueden aumentar a partir del año que viene, con la puesta en marcha del horno eléctrico híbrido de la acería de Gijón, que incorporará un mayor uso de productos siderúrgicos reutilizados, así como la ampliación de capacidad de la planta de Sestao.
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