«Es una mala noticia; costará mucho volver a remontar», sostiene el director de los museos
El mundo del arte rechaza el cierre temporal del museo que honra al gran pintor gijonés y se ubica en el edificio del Asilo Pola
Hay una cierta unanimidad en que no parece muy atinado cerrar un museo aunque sea de forma temporal. La noticia de que el Museo Piñole ... echará el cerrojo para permitir el inicio de las obras de la futura Oficina de la Mujer no se acoge con buenos ojos en el mundo de la cultura. El director de los museos de bellas artes de Gijón, Saturnino Noval, desde la prudencia más absoluta, se manifestaba así: «El cierre es una mala noticia porque aunque sea temporal la reapertura siempre cuesta mucho, hay que recuperar el ritmo de actividades y exposiciones y cuesta remontar», anotaba. Y añadía que se trata de un museo muy apegado a la ciudad de Gijón. «Lo mejor sería esperar a que tuviera una nueva ubicación», concluye.
Lucía Peláez, quien le precedió en el cargo hasta hace un año, presenta una reflexión definitiva y reveladora: «Yo en su momento, en 2008, cuando se planteó el proyecto para el traslado a un edificio independiente anexo a Tabacalera, me parecía que era interesante y que beneficiaba al museo, si en aquel momento se hubiera procedido al cierre, la colección hubiera pasado 18 años almacenada y no podríamos hablar del Museo Nicanor Piñole», afirma. Peláez explica que el museo, además de su tarea expositiva, cumple una tarea de investigación de la obra el autor, de educación, e incluso de índole social fundamental que no se habría desarrollado. «Considero que para hacer un traslado del museo tienen que respetarse unos procesos de trabajo y tiene que haber un proyecto bien definido, si no corremos riesgos técnicos y legales serios».
El Piñole y el Museo Evaristo Valle se complementan el uno al otro. Están dedicados a los grandes artífices de la renovación de la pintura asturiana. Y desde Somió la decisión del cierre temporal tampoco se ve con buenos ojos. Así lo expresa Pablo Basagoiti: «Valle y Piñole son referentes para la historia cultural de la región y para Gijón, eso es matar a Piñole, es esconderlo, es cavarle una tumba y hacerlo desaparecer».
Pilar Lafita, que fuera directora de la Fundación Municipal de Cultura en el que momento en el que se planteó el traslado del Piñole a Tabacalera, muestra una opinión similar: «Es una decisión que se toma sin ningún argumento y es una absoluta banalidad». En el momento en el que se ideó el cambio, añade, había un proyecto de ciudad y de cultura. Ahora no advierte que esa globalidad exista.
Todos esos artistas para quienes Piñole fue un auténtico referente que alimentó su creación sienten igualmente ese cierre temporal como una puñalada. Entre ellos, Hugo Fontela: «Me parece poco sensato, no tiene mucho sentido», afirma, quien además entiende que la actual ubicación del Asilo Pola, en el que fuera el entorno vital del pintor, es el lugar más conveniente. Pelayo Ortega, por su parte, tampoco entiende el cierre indefinido: «A mí me parece que es un error y es muy triste».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión