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Funeral de María Isabel Suárez Viñuela Paloma UCha

«Mi abuela era una civilización, un imperio, siempre con una sonrisa»

Decenas de personas acudieron esta tarde a darle el último adiós a María Isabel Suárez Viñuela, madre de Félix Baragaño

Miércoles, 27 de octubre 2021, 20:19

«Ella era el punto de encuentro, dispuesta a conciliar, feliz de estar rodeada de todos los suyos». María Isabel Suárez Viñuela recibió esta tarde «todo el cariño que sembró». Se dijo en el funeral que se celebró en la parroquia del Corazón de María. Su parroquia, esa a la que acudía cada semana.

«El pasado domingo aquí estuvo, con su silla de ruedas, con sus problemas de movilidad pero un día más, como siempre hacía». Lo recordó el párroco, Juan Lozano, que ofició una misa en memoria de una mujer «muy activa, llena de alegría y muy vital», con una sonrisa «permanente» que quedó patente en la fotografía que permaneció sobre su féretro durante la ceremonia.

Un templo que dio prueba de esa bondad que repartió en vida María Isabel, con la presencia multitudinaria de amigos, familiares, vecinos, compañeras de colegio y de la archicofradía del Corazón de María y de los cursos en los que participaba, que acudieron a darle el último adiós.

Álvaro Alonso, Antonio Corripio, Joaquín Miranda, Álvaro Muñiz, Jesús Salvador, López Asenjo, Enrique Pérez y Miguel García Barro son solo una pequeña muestra de los muchos que se acercaron a acompañar a los familiares de María Isabel Suárez.

María Isabel Suárez Viñuela falleció el pasado lunes, a los 92 años de edad. Aunque se quedó viuda muy pronto siempre mantuvo unida a su familia. Tuvo cuatro hijos, uno de ellos Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, además de diez nietos.

Precisamente dos de estos quisieron agradecerle públicamente todo el cariño que su abuela les entregó. «Mi abuela era una civilización, un imperio y sobre ella se asentaba una sociedad con un gran poder de convocar y siempre con una sonrisa».

Palabras emotivas que se escucharon a través de un audio enviado por su nieto Antonio, que no pudo acudir al funeral. «Había dos cosas que ella ponía por encima de todo», contó, «los milhojas y la familia y para esta última le faltaban horas».

El funeral finalizó con el 'Himno a la Santina'. Antes, otro de sus nietos habló en nombre de la familia para agradecer a los presentes y a cuantos estuvieron en la vida de su abuela. «En ese corazón cabíamos todos».

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