Los niños se despiden de dos tortugas bobas: «¡Que juguéis mucho en el mar!»
Decenas de familias despiden en el Puerto Deportivo de Gijón a las dos tortugas halladas «en muy mal estado» en Llanes y El Arbeyal hace un año y rehabilitadas en el Centro de Recuperación de Animales Marinos del Bioparc Acuario de Gijón
En el momento en que esté leyendo estas líneas, 'Cinco' y 'Seis' (así fueron bautizadas por la veterinaria que se encargó de sus cuidados en el Centro de Recuperación de Animales Marinos (CRAMA) del Bioparc Acuario de Gijón) estarán ya nadando en mar abierto. Completamente recuperadas. La operación para reintegrarlas a su medio natural se llevó a cabo pasadas las dos de la tarde a doce millas al norte, superada la zona del Cabo Peñas, hasta donde fueron conducidas por la patrullera del Servicio Marítimo Provincial 'Río Ésera' de la Guardia Civil, que colaboró en el operativo.
'Cinco' fue localizada en Llanes con neumonía y 1,3 kilos. 'Seis', con anemia y 871 gramos, apareció en El Arbeyal
Estos dos ejemplares de tortuga boba fueron localizadas hace un año «en muy mal estado, muy débiles y delgaditas». 'Cinco' apareció en la costa de Llanes el 26 de junio de 2024. No llegaba a los 1,3 kilos y presentaba neumonía. Hoy su aspecto es otro muy distinto. Pesa casi 3,4 kilos y, gracias a los cuidados constantes que ha recibido a lo largo de este año, su estado de salud es óptimo. Al igual que 'Seis', ha superado todos los chequeos veterinarios y «está perfectamente para volver al mar», comentaba Laura Marcos, veterinaria del CRAMA, horas antes de la suelta. 'Seis' fue localizada el 17 de julio del año pasado en la playa de El Arbeyal, en Gijón. Pesaba entonces 871 gramos y «de tan débil que estaba presentaba una anemia muy grande», comenta Marcos. Ahora pesa 2.600 kilos.
A las doce del mediodía, puntuales y en medio de una gran expectación, el vehículo del Acuario de Gijón que transportó las dos tortugas accedía al Muelle de Tránsito del Puerto Deportivo. De llevarlas con sumo cuidado hasta la embarcación de la Guardia Civil, cada una en su correspondiente capazo, se ocuparon Ander Iglesias y Deva Crespo, dos de los niños que este verano han participado en el campamento 'Vacaciones acuáticas' del Acuario. Les ayudaron en la tarea Marcos da Rocha, director general de Planificación Agraria del Principado, y Javier Álvarez Villazón, jefe del Servicio de Bomberos de Gijón.
«Ojalá no te vuelva a pasar»
Las decenas de familias que se dieron cita para despedirlas en el Puerto Deportivo, y los niños y niñas de los campamentos del Acuario (visibles por sus camisetas de color verde), les hicieron un pasillo hasta el acceso al pantalán con pancartas en las que leían mensajes de ánimo: 'Buen viaje, tortuguitas', 'Suerte en el mar', 'Os deseo una buena vida'. Deseos que más de alguno se atrevió a decir de viva voz ('Ahora que tengan suerte y que no se encuentren con ninguna red ni nada') y otros dejaron plasmado en el 'mural de los buenos deseos' que buena parte de los asistentes confeccionaron con dibujos y frases como los que dejaron Marta y Lucía: 'Nos gustó mucho conoceros. ¡Que juguéis mucho en el mar!'.
El transmisor colocado a la primera tortuga recuperada en el CRAMA revela que «ha nadado un montón y está bien»
Bioparc Acuario aprovechó la jornada para hacer pedagogía. Para recordar a la sociedad cuáles son las principales amenazas para las especies de tortuga más habituales en Asturias (la boba y la laúd): la ingesta de plásticos, que queden atrapadas en mallas de plástico, que sean capturadas de forma accidental por los pescadores o que colisionen con embarcaciones. También para insistir en los mensajes de lo que se debe y lo que no se debe hacer ante una tortuga varada. Lo que sí: dar aviso al 112; girarla, si está boca arriba, y tapar el caparazón con una toalla húmeda, si hace mucho calor. Lo que no: alimentarlas, intentar retirar los plásticos en los que puedan estar enredadas, hacer mucho ruido a su lado.
Hubo quien lo entendió a la perfección. Y así lo plasmó en el 'mural de los buenos deseos': «No se tiran plástico al gua porque las tortugas comen medusas y se confunden con plásticos», dejó escrito Ester mientras que Luna, sincera, expresó su deseo: «Ojalá no te vuelva a pasar».
Suelta de uno de los ejemplares, a doce millas al norte de Gijón.
CRAMA
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Siete ejemplares atendidos en el CRAMA
Desde su apertura, el CRAMA ha atendido a siete tortugas, pero solo fue posible la recuperación de cuatro. Su primera usuaria, 'Uno', a la que hubo que amputar la aleta que le había quedado atrapada en plásticos, fue reintegrada al mar en septiembre de 2024 junto a un segundo ejemplar. Llevaba colocado un transmisor que ha permitido realizarle un seguimiento exhaustivo. «Sabemos que lo sigue llevando, que ha nadado un montón y que está bien», afirma Laura Marcos, que guarda celosa la información sobre la ubicación actual de dicha tortuga.