«El año próximo esperamos recuperar la cabalgata, la gran fiesta de siempre»

Este año todo ha sido nuevo. Pernoctaron en la ciudad por primera vez, han llegado en globo, no ha salido la cabalgata, se han dirigido a los niños desde un escenario y han sentido sus aplausos muy cerca. «Ha sido increíble. Estamos muy felices y damos gracias a los niños por lo bien que nos han tratado».

La primera noche en Gijón ha sido «una experiencia increíble, maravillosa y hemos sentido el apoyo de los niños porque estuvimos muy nerviosos las dos noches que hemos pasado aquí. Tanto, que no pudimos dormir. Además, trabajamos y ultimamos detalles para que mañana (por hoy), cuando los niños se levanten, se sientan felices».

Sus Majestades se dirigieron a los asistentes a las distintas recepciones desde el escenario, buscando un calor y una cercanía que las propias medidas sanitarias impiden. Nunca se les escuchó hablar de esa manera en una recepción de este tipo; tampoco nunca una mascarilla se interpuso entre los besos lanzados y unos pequeños, «totalmente concienciados con el uso de las normas», como comentaron varios de los padres que acompañaron a sus hijos a la plaza de toros.

Los tres de Oriente señalaron que «sabemos que durante el confinamiento los niños han sido muy obedientes y se han portado muy bien. Todos con mascarillas. Entendemos que es un engorro, pero lo han cumplido al pie de la letra. Fueron mejores que el año pasado, por eso hemos traído más regalos que otras veces».

También ellos han sufrido el virus. «En nuestros reinos ha afectado mucho. Hay niños que nos preguntan si no podemos hacer algo, ya que somos magos. Lamentablemente no podemos hacer todo lo que queremos porque hay grandes necesidades y la covid es un problema mundial. Pero lo que queremos decir a esos niños y a todos, también a los mayores, es que tenemos que tener paciencia porque esto pasará, pero hay que cumplir todas las normas y las medidas que nos digan. Si todos nos unimos en esta lucha, juntos terminaremos con este virus».

En cambio, reconocieron que el viaje fue largo y algo pesado porque «el temporal nos obligó a ir más despacio. Nos arrastra la ilusión hacia Asturias». Allí, en el recinto, Jorge Iglesias, el piloto encargado de transportarlos en globo, reconocía que el trayecto «fue muy bueno, no pararon de hablar, así que no me aburrí en ningún momento. Sobre todo, decían que los gijoneses habían sido muy buenos y que les recomendaban comer mucha fruta». Fruta no fue lo que los Reyes Magos más comieron durante su estancia. Probaron la gastronomía asturiana y piensan repetir. «Comimos pote asturiano y arroz con leche, que nos han dicho que son dos platos muy típicos. Tenemos que confesar que repetimos de los dos».

Ayer los últimos rezagados depositaron sus cartas en un baúl instalado en el recinto en el que se celebraron todas las audiciendas: el coso de El Bibio cerrado con carpa para evitar las lluvias que, efectivamente, se produjeron y de forma intensa. El frío provocó que algunos de los que habían reservado su entrada, no se presentaron finalmente.

De su paso por Gijón se llevan «el amor, el cariño y afecto y el calor de todos los niños. Volveremos, pero queremos que sea en nuestra cabalgata de siempre. «Estaremos con vosotros todos los años».