SIBO: síntomas y tratamiento del sobrecrecimiento bacteriano

El sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado o SIBO, por sus siglas en inglés (small intestine bacterial overgrowth) es un síndrome que provoca una excesiva proliferación de bacterias en el intestino delgado. Si bien la presencia de estas bacterias es algo natural, las personas con este diagnóstico presentan un número más elevado de lo normal.

El SIBO se produce por un desequilibrio en la flora bacteriana en el intestino delgado. Aunque sus causas aún se siguen investigando, los motivos de que esto suceda pueden tener que ver con la alimentación, infecciones, desequilibrios hormonales, cirugías o estrés. No obstante, es importante que se analice caso a caso.

La aparición de esta patología también puede estar relacionada con trastornos funcionales y de motilidad gástrica, alteraciones del aparato digestivo por enfermedades como diverticulosis o tumores, alteraciones hepáticas

La sintomatología es tan variada como habitual, por lo que puede confundirse con otras afecciones. Esto hace que el diagnóstico de SIBO no sea nada sencillo. Para cerciorarse de que una persona padece este síndrome es necesaria la realización de pruebas, como la «medición de la cantidad de hidrógeno o metano en aliento tras beber una mezcla de agua con glucosa o lactulosa», explican desde el Instituto Digestivo.

Tan importante es no autodiagnosticarse como no automedicarte, así que ante cualquier sospecha, hay que acudir al médico. Aclarado esto, hay que destacar que el tratamiento contra el SIBO consiste en a toma de antibióticos, aunque la alimentación también supone una parte crucial, ya que podría decirse que las bacterias comen lo mismo que nosotros.

Aunque no hay nada infalible, existen algunos alimentos que ayudan a prevenir el desequilibrio bacteriano, como los alimentos bajos en carbohidratos fermentables, conocidos como FODMAP (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables). Con ello se pretende disminuir la producción de gases y mejorar la sintomatología.

Algunos alimentos altos en FODMAP y por tanto no aconsejables son el ajo, la cebolla, brócoli, coliflor, cereales como cebada, centeno o trigo, algunas frutas como la manzana, el mango o la sandía, embutido, miel, jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, legumbres, algunos lácteos, bebidas carbonatadas, vino tinto o cerveza.

Por contra, algunos alimentos que sí se recomiendan para personas con SIBO son pan de espelta o pan sin gluten, leche o yogur sin lactosa, plátanos maduros, fresas, arándanos, carne de ternera, pollo, cerdo, pescado fresco, huevos, zanahorias, berenjenas, tomates y algunas hierbas y especias como la albahaca, o la cúrcuma.

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