Hamás desconfía de las garantías de Trump y solicita cambios en el plan de paz
La milicia palestina reclama un calendario de retirada de las tropas israelíes antes de dar su respuesta en «dos o tres días»
El tiempo corre en contra de Hamás, que tiene sobre su cabeza el ultimátum del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para dar una respuesta ... al plan de paz para Gaza antes del fin de semana. Según informó el medio saudí 'Asharq Al Awsat', los islamistas solicitaron a los mediadores modificaciones en el texto de veinte puntos que recibieron el lunes por la noche. El diario, citando fuentes palestinas cercanas a la milicia, apuntó a las cláusulas sobre el desarme del brazo armado, el exilio de sus líderes y la retirada del ejército hebreo como los temas clave en los que la organización exige aclaraciones. La misma fuente indicó que los jefes de Hamás «dejaron claro que se requieren garantías internacionales para la retirada israelí completa de la Franja y que no se violará el alto el fuego» y que estos cambios en el documento harán que el grupo necesite aún «de dos a tres días para formular de manera oficial su posición».
El martes se produjo un encuentro en Doha entre los líderes islamistas y los enviados de Turquía, Catar y Egipto. Según 'Asharq Al Awsat', los mediadores aseguraron a los islamistas que el plan presentado es susceptible de modificación en muchos de sus puntos, pero que representa una oportunidad importante para avanzar hacia el fin de la guerra. También mencionaron que hay garantías claras por parte de Estados Unidos para asegurar el final del conflicto y la retirada militar, pero dejaron claro a los palestinos que no habrá solución sin concesiones en algunos temas.
La presión diplomática crece en torno al grupo islamista, que discute el texto con el resto de facciones palestinas. El debate se produce dentro y fuera de Gaza, aunque será el brazo de Hamás dentro la Franja quien tenga la última palabra, como ha ocurrido durante los procesos negociadores en los últimos dos años. En los dos acuerdos que se han alcanzado hasta el momento, que lograron treguas temporales e intercambios de rehenes por presos palestinos, las dos partes introdujeron cambios de forma consensuada hasta el último instante. En esta ocasión el proceso es diferente porque Estados Unidos e Israel plantean un documento en el que no han intervenido los palestinos, pero que goza del respaldo de sus dos grandes aliados como son Turquía y Catar.
Castigo colectivo
El ultimátum presentado a Hamás llega en plena operación de invasión de Ciudad de Gaza, lo que aumenta la presión sobre el grupo. Israel Katz, ministro hebreo de Defensa, anunció que las tropas están cerca de concluir el cerco del mayor núcleo urbano del enclave y dio una última oportunidad a los civiles para que escapen al Sur. Quienes se quedan en la urbe serán considerados «terroristas y simpatizantes del terrorismo», en palabras de Katz. Esto supone todo un castigo colectivo para mucha gente que no tiene opción de moverse por motivos económicos, de salud o por el extremo peligro que suponen los traslados bajo el fuego.
El primer ministro de Catar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, declaró en una entrevista a la cadena Al Jazeera que Hamás «no podrá obtener un mejor acuerdo» y pidió al grupo que lo acepte y confíe en las garantías de Donald Trump. El pequeño reino del Golfo es uno de los países con mayor influencia sobre la milicia y considera que el acuerdo logra dos objetivos claves como son el final de la matanza de civiles y del desplazamiento forzado de los palestinos dentro de la propia Franja.
Bombardeo sobre Doha
Medios como el portal Axios, con importantes contactos en Washington, indicaron que «las semillas del plan que el presidente Trump presentó el lunes para poner fin a la guerra en Gaza se plantaron tres semanas antes, cuando Israel bombardeó Catar en un intento fallido de asesinar a líderes de Hamás». Este medio indicó que, «el sábado, la Casa Blanca estaba preocupada de que Netanyahu fuera a rechazar el plan. Trump entonces mantuvo una dura llamada con Netanyahu y le dijo: 'Si lo rechazas, nos apartamos de ti'». Durante la reunión del lunes, el presidente de EE UU también exigió al líder israelí que llamara a Doha para disculparse por el bombardeo y el primer ministro hebreo lo hizo.
Catar vuelve a ser mediador clave y, además de la disculpa de Netanyahu, consiguió que el magnate emitiera una orden ejecutiva en la que Estados Unidos se compromete a garantizar la seguridad del país en caso de que vuelva a ser atacado. El reloj avanza en contra de los intereses de Hamás. Si no responde para el fin de semana, o si lo hace de manera negativa, Israel mantendrá la luz verde para arrasar Gaza y «terminar el trabajo», tal y como amenazó el líder hebreo en la rueda de prensa del lunes en la Casa Blanca. Si la contestación es positiva, pero con obervaciones y propuestas de cambio, todo quedará en manos de la capacidad que tengan los mediadores de convencer a Trump.
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