Festividad de San Salvador en la Catedral de Oviedo: «Es como ver una obra nueva, pero sabiendo que es la auténtica»
La Catedral de Oviedo celebra la tradicional festividad de San Salvador tras la restauración de la imagen de su titular
La recién restaurada imagen del Salvador atrajo toda la atención durante la celebración de la misa por la festividad de San Salvador, titular de la Catedral de Oviedo, este miércoles. La ceremonia, presidida por el arzobispo, Jesús Sanz Montes, ha sido casi el estreno al público de la talla, rodeada para la ocasión por hojas de laurel, tras los complejos trabajos realizados por un equipo de expertos, con Jesús Puras y Emilia Fernández al frente. Labores que han permitido descartar su origen románico, como se pensaba hasta ahora, y situarla entre los siglos XIV y XV, con origen gótico –a la espera de los estudios más concluyentes– además de recuperar sus colores originales.
La expectación era máxima en la Catedral. Fieles y curiosos llenaron el templo, con los primeros bancos reservados para las autoridades municipales, entre las que se encontraban representantes del Partido Popular, con Mario Arias a la cabeza; la portavoz de Vox, Sonsoles Peralta, y la edil no adscrita Elena Figaredo.
En detalle, los expertos eliminaron el repinte de la primera mitad del siglo XIX, una capa que ocultaba verdaderas sorpresas. La más llamativa ha sido la recuperación del azul original de la túnica, que sustituye al rojo con el que era conocido popularmente. «Es como ver una obra nueva, pero sabiendo que es la auténtica, la que se concibió hace siglos», elogió a la salida de la misa el ovetense Manuel Álvarez.
Las opiniones entre los asistentes reflejaban una mezcla de sorpresa y admiración. María del Carmen Fresno, feligresa de toda la vida, reconocía su asombro inicial. «Al principio choca, porque una tiene en la memoria al Salvador rojo de siempre. Pero viéndolo de cerca tiene mucha solemnidad», afirmó.
Desde el gobierno local, el primer teniente de alcalde, Mario Arias, subrayó el compromiso del equipo de gobierno con el legado de la ciudad: «Nos gusta cumplir con las tradiciones y seguimos respetando, protegiendo y promoviendo nuestras tradiciones».
Como manda la tradición, la imagen se rodeó de laurel al concluir la homilía en la que el arzobispo dedicó un espacio a reflexionar sobre el papel de la juventud, afirmando que «la Iglesia aparece viva y joven con una generación nueva que no se pliega a la mentira ni a los mentirosos, a la corrupción ni a los corrompidos, a la prepotencia ni a los poderosos, a la violencia ni a los violentos».
