Premios Princesa de Asturias 2025
Eduardo Mendoza, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2025: «Las novelas son como una posesión diabólica»Eduardo Mendoza entiende el Premio Princesa de Asturias de las Letras como un galardón colectivo a toda una generación en la que incluye a Juan Marsé y Manuel Vázquez Montalbán
«Un proveedor de felicidad». Así lo definió el jurado que le convirtió en Premio Princesa de Asturias de las Letras 2025. Y aunque ... a él le resulta exagerado no le resta un ápice de alegría el elogio. Afónico –«no por el premio, venía ya cultivándolo»–, ese Eduardo Mendoza siempre sonriente, afable y simpaticón pronto atendió a los periodistas en Barcelona y no tardó en confesarse un hombre feliz: «A estas alturas todo es un estímulo, pero sobre todo tiene un gran efecto de satisfacción, justo cincuenta años después de publicar la primera novela todavía sigo estando aquí y esto es muy bonito».
La buena noticia del Premio Princesa le pilló en el médico, en una visita rutinaria y halló su teléfono echando humo a la salida de la consulta. No pudo entonces llamar a nadie para comunicar su alegría, porque todo el mundo le llamaba a él. Y a todo quien quiso escucharle le contó que como se ha dedicado toda la vida a hacer lo que más le gusta, «que es escribir y hacer el vago», se ha convertido en «un proveedor de felicidad para mí mismo».
Eso sí, con toda la falsa modestia del mundo, sí quiso asumir un rol importante a la hora de hacer entrar el humor en la narrativa por la puerta grande. «Siempre ha existido en el teatro, el cine, la televisión y yo tuve la desfachatez de lanzarme», resumió el autor. No se olvidó de que empezó con una obra seria, 'La verdad del caso Savolta', cuyas bodas de plata celebra ahora, y «luego ya decidí abrir una sucursal solo de humor, que es arriesgado porque en el humor si fracasas no hay salvación», confesó. Fue bien acogida esa apuesta y tras la senda abierta se animaron otros muchos y se ha naturalizado. «Lo importante del humor es no bajar el listón, no considerar que cualquier chorrada vale, hay que ser muy respetuoso con el lector».
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Bromeaba con los periodistas Mendoza sobre que no le dejan retirarse e incluso citó a Joan Manuel Serrat, que el pasado año obtuvo el galardón de las Artes. «Este premio tiene muchas cosas buenas y algunos llamamientos, por lo pronto te hace reflexionar, primero es 'viva, viva y alegrías', pero cuando te quedas solo piensas qué significa, qué es lo que he hecho yo para merecer esto... Pues sí, no me dejan jubilarme tranquilamente, hace un año se lo dieron a Joan Manuel Serrat que también se había retirado y se tuvo que poner a cantar», dijo con ese humor marca de la casa.
Pero más allá de lo personal, está lo colectivo y Mendoza siente el galardón como algo generacional. Siente que no estará solo en el Campoamor en octubre: «Yo veo en este premio un recuerdo a toda esta generación de la que ya quedamos pocos. Creo que es una generación que en una época gris y triste demostró unas ciertas ganas de vivir y de pasarlo bien literariamente, creo que incorporamos el humor, pero también la novela negra, que no existía en España». En ese listado de viejos amigos, Vázquez Montalbán, Juan Marsé, Juan Madrid y Andreu Martín. «Consideremos que este premio es colectivo», concluyó.
En Barcelona atendió a los medios este escritor nacido en la capital catalana en el seno de una familia de origen asturiano. Él mismo contó en una ocasión que a Oviedo llegó su abuelo por cuestiones del BOE y el universo de los funcionarios y en Avilés halló a la que iba a ser la madre de su padre y sus tíos. Luego tocaría volver a Barcelona con el Arias Carvajal como el segundo apellido paterno y el tercero propio.
Ha sido la ciudad condal el escenario privilegiado de muchas de sus obras. ¿Qué diría Gurb si viera ahora la urbe actual. «Si llegara no se daría cuenta nadie, porque la ciudad está llena de alienígenas, pero no sé, en ese momento me pareció que una buena forma de contar la ciudad y la vida en la ciudad era hacerlo enviando a alguien de otra galaxia que con ojos de inocencia reflejara un poquito el día a día», recordó. No lo ha vuelto a hacer, pese a que ha habido quien le ha pedido segunda parte, y no tiene intención de ello: «No se puede abusar de los alienígenas».
Sí asume que los cambios de Barcelona están presentes en su narrativa. «Todas las ciudades cambian muchísimo y las personas que las cambian, que somos todos, nos encontramos con una ciudad que ya no reconocemos como nuestra, yo tengo la Barcelona de mi infancia que ahora no la reconocería ni su padre, porque ha cambiado radicalmente», dijo. Ha pasado de ser una ciudad poco conocida a un referente turístico mundial. Pero también ha cambiado la manera de entender las urbes y «yo he tenido la suerte de ser un testigo privilegiado» porque mira además con la perspectiva de quien ha vivido fuera. «Hay una especie de juegos de espejos. He intentado ir contando lo que veía porque me interesa lo que pasa en las ciudades, eso que somos todos pero no es nadie y he ido contando lo que veía utilizando el humor para establecer distancias para poner una especie de filtro».
También ha escrito de Cataluña, pero a ese trapo no quiso entrar: «Me pillas dos veces afónico, yo escribí un pequeño ensayo sobre Cataluña para gente de fuera y lo hice para poner las cosas en una perspectiva ecuánime», recordó antes de zanjar con contundencia: «Quiero que haya concordia, buena voluntad, toros, vino y juerga y todo lo demás me trae sin cuidado».
Sí está feliz el autor de que sus obras sobrevivan al paso del tiempo y sirvan para que la literatura llegue a niños y jóvenes. Y está definitivamente encantando con un galardón que tiene porqués contundentes para el jurado: «Su prosa clara engloba tanto el lenguaje popular como los cultismos más inesperados. En sus libros sobresalen el sentido del humor y la visión desenfadada y humanista de la existencia. Eduardo Mendoza es un proveedor de felicidad para los lectores, y su obra tiene el mérito de llegar a todas las generaciones, que hoy se reconocen en sus luminosas páginas». Escrito queda ya para la historia.
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