Coronavirus | Salud apuesta por comenzar a «retomar la normalidad» en la atención sanitaria «a todos los niveles»
El consejero señala es interesante hacer zonas de «pilotaje» del desconfinamiento en áreas localizadas para probar la desescalada
Con una situación de «meseta», en la que los casos de contagios por coronavirus se mantienen más o menos estables y la presión de las unidades de cuidados intensivos ha disminuido, aunque «sin relajarnos», ha llegado el momento de focalizar la atención «en otros puntos que eran críticos». El más inmediato, según ha explicado esta tarde el consejero de Salud, Pablo Fernández, tras participar en el pleno del consejo interterritorial del Sistema Nacional de Salud, es el de la desescalada. La salida del confinamiento (que lo más probable es que se demore aún hasta entrado el mes de mayo) requiere de una planificación en la que han de ponerse de acuerdo las distintas comunidades autónomas y el Gobierno central. Pero esa coordinación ha de ir más allá y tener en cuenta al resto de países de Europa, ha dicho Fernández. Hacerlo de otra manera «no sería buena idea». Sin entrar en más detalles, el consejero de Salud planteó que sería interesante hacer «pilotajes» de cómo se podría ir articulando la desescalada del confinamiento en «zonas localizadas» para contar así con una experiencia «que podría ser aprovechada por otras comunidades».
Otro de los objetivos de Salud es ir recuperando poco a poco la actividad asistencial que quedó en suspenso desde principios de marzo para centrar todos los recursos a la lucha contra el COVID-19. «Es necesario ya hacer un aumento de la atención sanitaria a todos los niveles. Tenemos que intentar retomar la mayor normalidad posible en el tratamiento y diagnóstico de personas con problemas importantes», ha dicho sin ocultar la complejidad de llevar a cabo esta medida. Para hacerlo «con todas las garantías», se establecerán circuitos diferentes en los distintos dispositivos sanitarios de forma que se preserve la seguridad para profesionales y pacientes.
Otro campo de trabajo será, en las próximas jornadas, el de las residencias de ancianos. La intención del Principado, ha dicho el consejero de Salud, es «monitorizar minuto a minuto» lo que está pasando en ellas. «Ya hemos realizado pruebas diagnósticas a todos los profesionales y vamos a hacerlas también a los residentes», aseguró. El objetivo es detectar posibles contagios «lo antes posible» para aislar a los residentes, evacuar a quienes lo precisen a un recurso sanitario y «dar la atención a cada persona en función de sus necesidades».
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644 positivos en las residencias de mayores asturianas
El Gobierno regional ha defendido este jueves la gestión realizada para combatir la pandemia del nuevo coronavirus en la red de residencias de ancianos de Asturias, integrada por 220 centros y con unos 12.500 usuarios de los que sólo el 3,8 por ciento ha sido diagnosticado como positivo.
Desde que comenzó la pandemia, la administración autonómica ha intervenido ya 54 geriátricos -el 48 por ciento de ellos privados- después de que se detectaran casos en 51 centros aunque en diecinueve de ellos no se han registrado casos en los últimos catorce días y el 78,4 por ciento de los 98 residentes fallecidos hasta ayer falleció en el hospital (el 94,5 por ciento si se incluye a residencias que prestan atención sanitaria).
De esta forma, 644 personas -el 75 por ciento residentes y el 25 por ciento restante profesionales- han dado positivo y la edad media de los afectados se sitúa en 84 años mientras que en la totalidad de los casos de fallecidos en residencias -cuya edad media es superior a la de ancianos no institucionalizados- los pacientes tenían patologías como demencias, cáncer, problemas cardiacos, diabetes, hipertensión, EPOC o ictus.
«Mueren más las personas más envejecidas y con más factores de riesgo pero cuando igualamos edad y factores de riesgo, se mueren más las que no están en las residencias», ha señalado el coordinador del Observatorio de Salud del Principado, Mario Margolles, en una rueda de prensa telemática junto al director general de Cuidados, Humanización y Atención Sociosanitaria, Sergio Vallés.
Según Vallés, la situación en Asturias en este ámbito es notablemente mejor en Asturias que en otras comunidades lo que ha atribuido a una coordinación ya desarrollada entre los servicios sociales y los de salud «que no nace con la COVID-19» y que ha permitido «tomar decisiones de manera fluida» en las últimas semanas.
Así, ha pedido «mesura en el análisis» y no «estigmatizar» a determinados centros «por el valor de un dato» ya que el conjunto de la red, que incluidos los establecimientos para personas integra a 8.500 profesionales y 15.000 usuarios, está haciendo «un gran esfuerzo y un excelente trabajo» para que todos los residentes tengan la atención sanitaria adecuada «en el momento precios y en el lugar oportuno».
Esa coordinación ha permitido, según el consejero de Salud, Pablo Fernández, dar «el tratamiento adecuado» a todos los pacientes de forma que todos los usuarios de residencias que han necesitado atención hospitalaria la han tenido dado que en Asturias «no se ha hecho un cordón sanitario en torno a los hospital» para no trasladar a las personas mayores.
«Aunque desgraciadamente están falleciendo mayores, la proporción es menor que la de otras comunidades que han seguido estrategias diferentes», ha apuntado que, con la llegada de los test rápidos, se realizarán pruebas diagnósticas a todos los residentes y a todos los profesionales con el objetivo de que, si el virus «entra» en una residencia, se detecte posible para aislar a los afectados y evacuar a quienes lo necesiten.