Coronavirus en Asturias | Hoteles y pensiones «para ayudar»

Los veinticinco alojamientos asturianos considerados «esenciales» por el Gobierno ya abren sus puertas para acoger a personal sanitario, de telecomunicaciones o de empresas también fundamentales.

En Gijón, el Hotel Los Campones es uno de ellos. René Reyero, su propietario, fue autorizado para proveer de alojamiento a los transportistas que buscaban descanso después de una larga jornada trasladando mercancías de primera necesidad. El hotel está situado en Tremañes, cerca de la zona industrial y el Centro de Transportes, por lo que la mayoría de su clientela siempre ha estado vinculada a estos sectores.

Esta semana, 25 de sus 31 habitaciones están ocupadas y, a pesar de la crisis del coronavirus, ha mantenido el precio por habitación en 38 euros la noche, desayuno incluido.

«Hay que ayudar. Tratamos de hacerlo todo de la mejor manera posible para garantizar la higiene en estas condiciones -sostiene Reyero-, pero no me estoy haciendo más rico con esto porque hay costes adiciones que ahora tenemos que asumir, como la limpieza especial».

Debido al estado de alarma nacional, Reyero se acogió a un ERTE que ha aplicado para casi todos sus empleados y ahora él está al frente de la recepción del hotel durante las 24 horas. Para la limpieza de las habitaciones ha contratado los servicios de una empresa que utiliza el sistema de vaporización con ozono, lo que permite desinfectar cada estancia y garantizar la higiene y seguridad para sus clientes. El único empleado fijo que continúa trabajando con él es Manuel Andújar, el cocinero, que sigue al frente de los fogones porque el restaurante continúa abierto.

A pocos kilómetros, en los apartamentos Marina de Santa María del Mar, en Castrillón, seis trabajadores se han alojado esta semana. El complejo turístico anexo al Camping Las Gaviotas, que también está disponible si fuera necesario albergar a más profesionales, tiene sus puertas abiertas desde la semana pasada.

Entonces hubo un trabajador alojado y el número en esta ha aumentado hasta los seis, que no pasan más de cuatro noches. La mayor parte de las veces, entre dos y tres. Son trabajadores del sector industrial, necesarios en tareas de servicios mínimos que necesita mantener en marcha la gran industria.

Y en la capital, Valentín Menéndez es propietario de la Pensión Oviedo, ubicada en el número 43 de la calle Uría. El establecimiento consta de ocho habitaciones y en algunas de ellas residen clientes de larga estancia. Por eso Menéndez pidió seguir manteniendo la actividad durante el Estado de alarma: «La opción que teníamos era cerrar o apuntarnos a esta lista. Llamamos a la Viceconsejería de Turismo y nos dieron la última vacante disponible».

No han bajado la persiana ningún día, aunque notan que el número de clientes ha bajado. «Los que tenemos se encuentran con el problema de que nosotros solo ofrecemos alojamiento y les cuesta encontrar un sitio donde hacer las comidas». Ayer tenían tres habitaciones ocupadas y a las ocho de la tarde recibieron a una nueva usuaria, que, llegada desde Avilés, ocupó su habitación sin apenas manterner ningún tipo de contacto con el personal de la pensión.

Se ha puesto un «horario para el servicio de limpieza» y, mientras se desarrollan estas labores, «no puede haber nadie dentro». También han cerrado la recepción y solo están para el momento del 'check-in'. «Hemos extremado las medidas de higiene y nosotros damos una tarjeta electrónica para las habitaciones. Después les proporcionamos un código de acceso y el pago es telemático».