Arcelor condiciona sus inversiones a «soluciones estructurales y normas más estrictas» de la UE
Espera que la reforma del arancel ambiental que aborda Bruselas blinde el acero local y elimine las lagunas legales para frenar así las importaciones
En los últimos meses, la Comisión Europea ha dado pasos decisivos con el Plan de Acción para el Acero y los Metales y, este mismo ... mes, con el escudo comercial. No obstante, Arcelor todavía necesita más garantías para tomar una decisión sobre las inversiones previstas para descarbonizar sus fábricas europeas –entre ellas, las asturianas–. En concreto, aguarda conocer el contenido de la reforma del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM, por sus siglas en inglés) para saber si recoge sus peticiones y, entonces, dilucidar si acomete sus planes verdes o no. Una herramienta que ahora está en periodo transitorio y comenzará a aplicarse de manera definitiva en 2026.
«Nos queda un año para salvar la industria siderúrgica en Europa». Sin paños calientes, el consejero delegado de Arcelor en el Viejo Continente, Geert Van Poelvoorde, pronunció esta rotunda frase el pasado mes de marzo. Reclamaba a la Unión Europea actuaciones urgentes para salvar una industria que está «en cuidados intensivos» y, al fin, esta petición compartida por todo el sector fue escuchada. Ocho días después de que el ejecutivo hiciera estas declaraciones, se presentó el Plan de Acción para el Acero y los Metales, diseñado para proteger la siderurgia doméstica e impulsar su descarbonización.
A esto se sumó el escudo comercial presentado el pasado 7 de octubre, «la cláusula de salvaguarda más protectora que se haya aprobado nunca para el acero», en palabras del vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea para la Prosperidad y la Estrategia Industria, Stéphane Séjourné. Un propuesta que limita los volúmenes de importación libres de aranceles a 18,3 millones de toneladas al año (una reducción del 47% en comparación con los contingentes siderúrgicos de 2024) y duplica el gravamen, hasta el 50%, de las importaciones que superen ese cupo. Una medida que el CEO de Arcelor, Aditya Mittal, recibió «sinceramente aliviado».
No obstante, aún queda «mucho camino por recorrer» para lograr la igualdad de condiciones que necesitan las siderúrgicas europeas para competir en el mercado, recordó ese mismo día Van Poelvoorde, que citó expresamente que la multinacional está expectante ante la revisión del CBAM prevista por la Comisión para finales de este año. «Esperamos que la propuesta comercial presentada (el plan de salvaguarda) indique que nuestras preocupaciones se reflejarán en las nuevas medidas que se anunciarán de acuerdo con el Plan de Acción para el Acero y los Metales», agregó. Así, el consejero delegado de Arcelor en Europa vaticinó que el escudo comercial, «junto con un CBAM eficaz, ayudará a frenar la contracción de la industria siderúrgica en Europa».
El tren de chapa de Gijón, parado y el horno alto 'B', a medio gas
A lo largo de la pasada semana, llamó la atención de los gijoneses la potente luminosidad procedente de la factoría de Arcelor en el concejo, especialmente visible durante las noches de cielos despejados. Es una consecuencia de normal de los problemas registrados en el horno alto 'B' desde su arranque, hace tres semanas, después una parada para someterse a trabajos de mantenimiento. Al encontrarse en un nivel muy bajo de actividad, es necesario quemar el gas sobrante, de ahí que la antorcha esté encendida de manera casi constante. Desde su arranque, ha sufrido la quema de varias toberas, los conductos por donde se inyectan gases, por lo que se encuentra en «proceso de estabilización», explicó la siderúrgica.
No es la única instalación que sufre averías en la planta gijonesa. El tren de chapa permanece parado desde el pasado lunes por el incendio registrado en una galería subterránea y que obligó a los bomberos de la multinacional a sofocar las llamas. Todo el personal de ese taller fue desalojado para garantizar su seguridad y no hubo que lamentar daños personales, pero sí materiales, que ahora evalúa la empresa. Desde entonces, el tren de chapa sigue sin operar, por lo que Arcelor ha indicado a la plantilla de esta parte de la fábrica que puede disfrutar de descansos y vacaciones pendientes, así como aprovechar para pasar reconocimientos médicos y asistir a formaciones. Si la parada de la instalación se prolonga, será necesario que los operarios se acojan al expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que la compañía tiene activo.
Esa hoja de ruta para el acero incluía el compromiso de la CE de realizar una «exhaustiva» revisión del CBAM en el cuarto trimestre del año, acompañada de una estrategia antielusión y una primera propuesta legislativa dirigida a ampliar el ámbito de aplicación del arancel a determinados productos derivados con un uso intensivo de acero y aluminio y que recogerá medidas adicionales para evitar que terceros países esquiven esta obligación.
A juicio de la Asociación Europea del Acero (Eurofer), de la que forma parte Arcelor y con cuyos postulados se identifica completamente –Van Poelvoorde es uno de sus vicepresidentes–, actualmente existen lagunas legales que permiten a los productores extranjeros eludir los costes del carbono, trasladando las emisiones a otros países en lugar de reducirlas. «Sin corregir estas deficiencias, el CBAM no protegería a la industria de la Unión Europea e incluso podría acelerar la desindustrialización».
Mediadas antielusión para el acero
¿Qué pide el sector a la CE para lograr que este arancel ambiental sea realmente útil? Requiere introducir «una solución estructural para preservar las exportaciones europeas y garantizar que sigan siendo competitivas a nivel mundial», así como implementar «normas más estrictas contra prácticas de elusión», como la redistribución de recursos, y también ampliar el alcance del CBAM a productos manufacturados.
Entre las medidas concretas solicitadas por Arcelor y el resto de miembros de la patronal siderúrgica europea está mantener la asignación gratuita de derechos para las exportaciones, con el fin de evitar fugas de carbono en los mercados globales. Asimismo, reclaman a la CE que se aplique el requisito de 'melted and poured', por el que los productos regulados por el CBAM deben demostrar dónde se fundió y vertió el acero.
Para Arcelor, que el CBAM sea eficaz es «un aspecto crítico» a la hora de replantearse su política de inversiones en territorio europeo. En el caso de Asturias, la electrificación de la acería de Avilés ha iniciado su tramitación ambiental, pero todavía no cuenta con la aprobación de la multinacional, precisamente, por las circunstancias adversas que afectan a la actividad en Europa. Se trata de una actuación esencial, ya que permitiría mantener la capacidad productiva de las factorías asturianas una vez que finalice la vida útil del horno alto 'A' y se apague el sínter 'B'. El plan verde anunciado en 2021 para las fábricas de la región incluía también la construcción de una planta de reducción directa del mineral del hierro (DRI) en Gijón, aunque su materialización parece bastante más complicada por el coste de la energía y la falta de desarrollo de hidrógeno verde a gran escala a precios competitivos.
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