El aparcamiento de El Campillín, en Oviedo, tendrá 360 plazas y una parte serán vendidas a los vecinos del barrio
El alcalde de Oviedo presenta a los residentes el diseño, que dibuja una gran plaza en la zona baja, pero estos se oponen y piden una zona «libre de coches»
El gobierno de Oviedo prevé iniciar en un año y medio las obras del nuevo aparcamiento subterráneo de El Campillín. El PP de Canteli ... calcula, tal y como se desprende del anteproyecto, que tendrá tres plantas, unas 360 plazas y, a priori, sendos accesos en la calle Padre Suárez y una salida en Marqués de Gastañaga. Entre otras actuaciones, está previsto desmontar la plaza de la zona baja del parque durante las obras y reformarla posteriormente para crear un eje con un enfoque mucho más peatonal que en la actualidad conectado con Santo Domingo de una forma homogénea, con gradas, escaleras y hasta un aguaducho, y también unir con el mismo encaje las calles Carpio y Oscura. Saldrá a concesión y de construirlo se encargará una empresa privada.
Por otra parte, la intención del equipo de gobierno es respetar al máximo posible la configuración actual del pulmón verde de esta zona de la ciudad. ¿Cuánto? El precio, que aún no está cerrado y deberá ir perfilándose en etapas sucesivas del proyecto, rondará los 30 millones de euros, según las estimaciones del Ayuntamiento. Además, una parte de las plazas de aparcamiento estarán reservadas para los vecinos.
Así se lo explicó este martes el alcalde, Alfredo Canteli, a los residentes en el seno de una reunión en el Consistorio para presentarles el proyecto de primera mano. No en vano, los vecinos ya se han unido alrededor de una plataforma y han venido realizando movilizaciones en contra de los planes del gobierno local. Se oponen frontalmente a la nueva infraestructura, dicen, por innecesaria y porque acarreará, denuncian, importantes perjuicios medioambientales.
El regidor, acompañado de su tercero de a bordo, Nacho Cuesta, les mostró algunas de las primeras infografías del anteproyecto. En ellas puede verse que el parque se mantendrá de una forma muy similar a su estado actual. También les anunció que una parte sin especificar de las plazas de aparcamiento serán vendidas a los vecinos a precio de mercado.
Por delante, eso sí, deberá redactarse un proyecto en el que aparezcan en negro sobre blanco los pormenores de la obra, que el Consistorio une en importancia a otros planes de envergadura como la reordenación de La Vega, la transformación de la Fábrica de Gas y la ampliación del parking de La Escandalera. Aparece recogido de esta forma en el capítulo de 'metamorfosis urbana' de la Agenda Urbana de Oviedo. También deberá aparecer una empresa dispuesta a hacerse cargo de semejante tarea.
«Demasiado hormigón»
Los residentes del Campillín y El Antiguo; sin embargo, consideran que el proyecto es una contradicción en sí mismo y que si de lo que se trata es de alejar realmente el tráfico del centro, un parking disuasorio debería ubicarse, como se ve en otras ciudades, en las afueras y no dentro de uno de los anillos de la Zona de Bajas Emisiones. Al grito de 'El Campillín no se toca', ya han recogido cuatro mil firmas contra el proyecto. Sostienen que va a generar más tráfico, que se perderán plazas de estacionamiento y que las zonas verdes se verán seriamente afectadas por la tala de árboles.
En palabras de José Manuel Díez, vecino del barrio, aunque destacó que «nos han recibido muy bien» y que «la parte de arriba del parque queda muy bonita», no les gusta cómo quedará la parte baja, donde aparece una gran plaza con «demasiado hormigón». Tampoco ven con buenos ojos la tala de árboles, aunque luego se vayan a replantar, y criticó que la infraestructura «traerá un montón de tráfico al lado de un colegio». Aseguró, por otro lado, que la Ronda Sur sería un lugar más idóneo para la construcción de un parking.
A su vez, el presidente de Oviedo Redondo, Manuel Almeida, ahondó en la necesidad de reducir el tráfico en la zona, reiteró que «no es la ubicación adecuada» para un aparcamiento y advirtió que las obras supondrán la desaparición de los chopos de casi treinta metros que bordean el parque. También anunció que habrá nuevas reuniones con los miembros de la plataforma y que continuarán las movilizaciones vecinales en contra del proyecto. «El entorno del Campillín tiene que ser una zona libre de coches».
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