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El emparejamiento se quedó para la última bola y perdió parte de su emoción porque estaba cantado. El Rayo Majadahonda, equipo madrileño que hace seis años disfrutó de una temporada histórica en el fútbol profesional, será el último escollo a superar por el Real Avilés Industrial si quiere jugar la próxima temporada en Primera RFEF. Antes, los blanquiazules habían librado los cruces ante Teruel, Torrent, Estepona y Sabadell, el 'coco' que nadie quería.
Hasta la Ciudad del Fútbol de Las Rozas se desplazaron el presidente del club, Diego Baeza, el director general, Pedro Arboleya, y Miguel Linares, que fue una de las manos inocentes encargadas de sacar las bolas de los bombos. Al jienense no le tocó abrir ni la del Real Avilés ni la del Majadahonda, misión que cumplieron, respectivamente, Rafa Salama, precisamente jugador del cuadro madrileño, y Álex Huerta, director deportivo del Numancia, segundo clasificado en Liga en el grupo del Real Avilés.
Después de las primeras conversaciones entre las comitivas de ambos clubes, a media tarde se confirmó el horario del partido de ida, que tendrá lugar el domingo a las 12 horas en el Cerro del Espino, una de las franjas habituales en las que suele jugar el conjunto madrileño, que se tiene que coordinar con el Atlético de Madrid, también usuario de las instalaciones, para fijar sus horarios. A los futbolistas del Real Avilés les tocará sufrir el calor del mediodía madrileño.
Aunque ningún equipo iba a ser sencillo, lo cierto es que el Rayo Majadahonda se presenta como un hueso. Un equipo que encaja poco (30 goles en 34 partidos en Liga), que se metió en puestos de 'play off' en la última jornada y que eliminó en semifinales en su campo al Sant Andreu, uno de los equipos favoritos al ascenso esta temporada en toda la Segunda RFEF. Por tanto, los de Jesús Arribas, el entrenador más joven de la categoría con 27 años, llegan a la final con la moral por las nubes.
El Rayo Majadahonda, que, fundado en 1976, no alcanzó la Segunda División B hasta 1997, asentándose en la categoría de bronce a partir de 2015, fue protagonista de una curiosa historia a raíz de su histórico e inesperado ascenso a Segunda División en 2018, cuando el club se vio obligado a convertirse en Sociedad Anónima Deportiva.
En septiembre de 2019, unos meses después del descenso a Segunda B a las primeras de cambio del conjunto madrileño, pese a realizar una temporada meritoria con jugadores como el exsportinguista Aitor García o el actual jugador del Betis, Aitor Ruibal, en sus filas; se hizo oficial y tuvo repercusión nacional que Alejandro Arribas, entonces jugador del Real Oviedo, se había hecho con la mayoría accionarial de la entidad.
«Ya era socio, como mi padre, desde hace mucho tiempo. Estuve allí de los 7 a los 19 años y pasé por todas las categorías, es donde me he criado y ahora hemos conseguido ser los accionistas mayoritarios porque tampoco había más gente que pusiese el dinero y somos 93 accionistas», comentaba en su momento. Enrique Vedia, que llevaba 32 años en el cargo en 2019, se mantiene como presidente, con el padre de Alejandro Arribas como secretario del consejo. A pesar de que Alejandro regresó esta temporada al equipo tras el descenso desde Primera RFEF y su hermano Javier es el entrenador, la familia vendió el club en enero a un grupo inversor mexicano.
En la plantilla del Rayo Majadahonda hay míticos como el excentral del Real Oviedo Arribas, que fue sustituido en el minuto 58 frente al Sant Andreu, o uno de los tres hijos de Diego Pablo Simeone, Gianluca, que aunque no ha sido titular habitual a lo largo de la temporada ha conseguido marcar la nada desdeñable cifra de siete goles. También estaba Pedro Mosquera, ex del Deportivo en Primera División, que también coincidió con Babin en el Alcorcón, pero en enero colgó las botas a los 36 años para pasar a formar parte del cuerpo técnico de Jesús Arribas, hermano del central Alejandro Arribas.
A nivel numérico, el Rayo Majadahonda es el mejor visitante de su grupo, el quinto, uno de los más potentes de Segunda RFEF esta temporada, con nueve victorias y solo cuatro derrotas. Sin embargo, en el Cerro del Espino los números no son tan positivos, de tal manera que el Rayo finalizó el curso en décimo tercera posición en esas lides.
El resto de emparejamientos del sorteo fueron los siguientes: Estepona-Cacereño, Teruel-Numancia, Torrent-Talavera y Sabadell-UCAM Murcia. De estos diez equipos, cinco jugarán la próxima temporada en Primera RFEF, la antesala del fútbol profesional en España.
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