La acería de la factoría de Avilés no volverá a producir a plena capacidad hasta 2020
Arcelor anuncia que reducirá su actividad durante lo que queda de octubre, ajuste que enlazará con las obras de reforma
NOELIA A. ERAUSQUIN
GIJÓN.
Sábado, 5 de octubre 2019, 03:22
Se preveía un otoño negro para las plantas asturianas de Arcelor y los augurios se están cumpliendo. A partir de la semana que viene la multinacional ejecutará la mayor parada de la última década en la región, con la detención varias jornadas de todas las líneas acabadoras de Avilés y también el tren de chapa y alambrón de Gijón. Todo esto implica la necesidad de menos piezas que laminar y tendrá consecuencias en las instalaciones de cabecera. De momento, la compañía anunció ayer que la acería de la planta de Avilés, la LDIII, situada realmente en Tabaza (Carreño), reducirá su producción a partir del lunes y durante todo el mes de octubre, lo que significa que la actividad no volverá a la normalidad, al menos, hasta el año que viene, porque en noviembre se desarrollará la segunda fase de reforma de la instalación y no se prevé que finalice hasta enero de 2020.
Este nuevo recorte afectará directamente a unos 45 trabajadores. Como es habitual, la idea es que los operarios cojan vacaciones, descansos o aprovechen esos días para realizar reconocimientos médicos, pero la larga duración de este ajuste complica estas opciones y la mayoría tendrá que recurrir al expediente de regulación temporal de empleo activo en el grupo, que les garantiza el 90% de su salario bruto y el mismo porcentaje del resto de conceptos, mientras que las pagas extraordinarias y las vacaciones se respetan al cien por cien.
Los 45 afectados por el recorte en la acería se sumarán al más de medio millar que sufrirán las paradas en las líneas acabadoras y también a los empleados de auxiliares.
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Tras el recorte de producción en la acería durante el mes de octubre, la multinacional se verá obligada a mantener la LDIII a medio gas para acometer las obras para remodelar la mitad de la instalación, que llegan después de la reforma que ya se realizó en 2016 sobre la otra parte. El inicio de los trabajos estaba previsto en octubre, pero problemas con el suministro de la máquina de colada continua hicieron que se dejara para noviembre.
Esta intervención supondrá una inversión similar a la anterior, de alrededor de 60 millones de euros, y permitirá modernizar la máquina de colada número dos, aunque a diferencia de 2016, conservará el sistema de molde curvo. Con la reforma podrá suministrar al tren de chapa gruesa de Gijón desbastes de mayor ancho y espesor, lo que contribuirá a que el tren pueda incrementar su eficiencia y proporcionar un producto de mayor calidad. El sistema de captación, aspiración y depuración de gases del convertidor incorporará las mejores técnicas disponibles para minimizar las emisiones al exterior y en el área de las depuraciones secundarias de convertidores se mejorará la capacidad de aspiración. El proyecto también contempla un nuevo puente grúa. Durante el desarrollo de la obra, la LDIII trabajará a media capacidad e, incluso, tendrá que parar de varias jornadas.