Duro Felguera necesita liquidez urgente y pide a la SEPI 45 millones para operar

Sin embargo, este organismo público pide más garantías para continuar apoyando al grupo asturiano, al que ya le inyectó esos 120 millones de euros y que, prácticamente, han desaparecido, al igual que los 6 aportados por el Principado a través de la Sociedad Regional de Promoción (SRP) o los 90 de las ampliaciones de capital que dieron la entrada a Mota-Engil México y a Prodi en el accionariado.

De hecho, ni siquiera el acuerdo con Sonelgaz por el que se cede la finalización de la obra a una alianza de empresas chinas está cerrado. Como comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ahora queda un mes para concretar los términos definitivos entre todas las partes, la ejecución efectiva de la transferencia del contrato a las firmas asiáticas, la resolución de las reclamaciones recíprocas y la terminación de los arbitrajes.

Según fuentes próximas al grupo, quedan aspectos que no son menores y que aún podrían hacer descarrilar el acuerdo, sobre todo, si se tienen en cuenta los antecedentes entre ambas empresas. «La situación es muy difícil», reconocen, con la caja vacía, con las nóminas solo garantizadas mes a mes y sin apenas carga de trabajo.

Sonelgaz, no obstante, confía en que llegue a buen término y tiene interés en desatascar un proyecto energético vital para el país. Destaca además que Duro está «en fase preconcursal». Más allá del comunicado a la CNMV de Duro Felguera, la argelina también informó de «un acuerdo de principio» a la propuesta de Duro Felguera de confiar las obras a un consorcio chino compuesto por China Petroleum Engineering & Construction Corporation (CPECC), Anhui Power Construction Corporation (APCC) y Northwest Electric Power Design Institute (NWEPDI). El compromiso es que completen la construcción y pongan en servicio la central «progresivamente a partir del noveno mes siguiente al acuerdo final».

De momento, de ratificarse el acuerdo, este permitirá liberar más de 50 millones de euros en avales y se podrán revertir los 100 millones de pérdidas sobre el patrimonio atribuidas en la reformulación de cuentas a la que obligó la CNMV ante el litigio con Sonelgaz.

Sin embargo, sigue haciendo falta una importante inyección económica para continuar sosteniendo al grupo, ya no solo para las nóminas, sino para poder operar.

Mientras, se avanza en la auditoría relacionada con la venta de El Tallerón, tras la intención de Indra de hacerse con sus capacidades productivas para construir blindados en ellas. Sin embargo, también hay escollos complicados de salvar en una operación que se intenta hacer contra reloj ante las urgencias de ambas empresas.

Aunque sea paradójico, a favor de la compañía juega la complicada situación por la que atraviesan algunas empresas de la región e incluso el ámbito político relacionado con la industria, tras la reorganización del Gobierno por la dimisión de la consejera del ramo, Belarmina Díaz. Desde la Administración, sobre todo la regional, no se quiere dejar caer una compañía histórica, con más de 1.000 empleados, cuando también se avecinan duros recortes en Arcelor y hay incertidumbre en otras empresas del sector, como la posible venta de TSK. Sin embargo, también se es consciente de que se trata de dinero público, que ya se ha hecho un esfuerzo importante y, de momento, no se ha logrado salvar la compañía.