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Los premiados con las Medallas de Asturias 2025 con el presidente del Principado.

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Los premiados con las Medallas de Asturias 2025 con el presidente del Principado. P. Nosti
Medallas de Asturias 2025

Barbón apela a la unidad para proteger el paraíso natural y reforzar la educación en Asturias

Reclama consenso político frente a los incendios y la reforma del sistema de financiación autonómica. «No se trata de escoger un bando»

Ana Moriyón

Gijón

Lunes, 8 de septiembre 2025

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El 2025 ha sido un año complicado para el Gobierno del Principado, primero por una crisis educativa como no se recuerda y, después, por una ola de incendios forestales que puso en riesgo no sólo nuestro patrimonio natural, sino también pueblos y vidas humanas. Todo ello en medio de una fuerte polarización política que dificulta cualquier entendimiento y que, incluso, hizo saltar por los aires acuerdos políticos alcanzados en la pasada legislatura en la Junta General, en aras de luchar unidos por un sistema de financiación autonómica que beneficie a Asturias.

El presidente del Principado, Adrián Barbón, no quiso pasar por alto ninguno de estos asuntos y aprovechó su discurso en el acto de entrega de las Medallas de Asturias y los títulos de Hijos Adoptivos y Predilectos para abordarlos. Mostró su dolor al recordar los graves incendios que durante largas jornadas amenazaron la región. «Aún duele el suelo, enlutado de cenizas, como nuestro ánimo sobrecogido», dijo antes de apelar a la unidad para salvar del fuego una región «capaz de herir la vista con su belleza». Consciente del debate sobre la verdadera raíz del problema –cambio climático, mala gestión forestal y despoblamiento de la zona rural– pidió no caer en «debates absurdos» que «nos aparten de ese afán». «Preservar nuestro refugio climático, actuar ya para prevenir los efectos del calentamiento global, cada vez más evidente, es compatible con apoyar el medio rural, defender la ganadería que moldeó nuestro paisaje, mejorar la gestión forestal o reconocer las consecuencias del despoblamiento», respondió a quienes entienden que el Gobierno regional se equivoca a la hora de afrontar este reto.

Deber de nuestra generación

«Hay tareas que superan con creces las credenciales de partido. Cuidar Asturias es una de ellas. Salvar el paraíso natural es el deber de nuestra generación», anotó el dirigente autonómico, convencido de que la respuesta a este problema debe ser «integral» para «cubrir todos los frentes, sin perderse en una dicotomía inútil». «Nunca vamos a tener la certeza de que los incendios no se repitan, pero actuar con determinación hoy será nuestro mejor seguro para mañana», dijo.

Pero también reclamó consenso político para apostar por la educación en Asturias, que, como ya ha venido anunciando en los últimos meses, será prioridad en los presupuestos del Gobierno regional de 2026. «Dedicar más recursos a mejorar el sistema educativo, como vamos a proponer en el presupuesto, tampoco debe dividirnos», pidió el presidente, quien recordó sus compromisos con la extensión de la red pública y gratuita de las Escuelinas, atender la diversidad creciente, ampliar la formación profesional y ofrecer el acceso, también gratuito, a la universidad. «La mejora de la educación merece el compromiso de toda la sociedad, lo proponga quien lo proponga», reclamó haciendo suya la frase de uno de los galardonados con las Medallas de Asturias 2025, el fundador del Foro Comunicación y Escuela, Luis Felipe Fernández: «un país es y será lo que haya sido y sea su escuela».

Y el llamamiento al consenso lo completó con su requerimiento para defender un sistema de financiación autonómica justo con Asturias. «Si somos capaces de elevarnos por encima de nuestros propios prejuicios, vamos a encontrar muchos puntos de encuentro, incluso en los asuntos más polarizados, como la financiación autonómica», dijo. El presidente entiende que no se debe «reducir un debate tan complejo a algo tan simple como escoger bando» y recordó que el objetivo es «reformar un sistema agotado desde hace años, de encajar intereses plurales y muy diversos». «Si fuimos capaces de pactar un planteamiento entre la gran mayoría de fuerzas parlamentarias, si también consensuamos un criterio con las demás comunidades autónomas que comparten puntos en común con Asturias, tenemos que hacerlo valer con lealtad, seriedad y firmeza», requirió en un discurso en el que, como ya es habitual, utilizó de forma indistinta el castellano, el asturiano y el eonaviego.

Cultura sidrera

No hubo en esta ocasión alusiones a la oficialidad del asturiano, pero sí mención expresa a la defensa de la cultura sidrera, reconocida como patrimonio de la humanidad, imposible «sin el empuje perseverante de Luis Benito García», dijo en referencia a otro de los conmemorados con la Medalla de Asturias, mientras miraba al cielo para recordar a otra de las homenajeadas con esta distinción, la empresaria Consuelo Busto, que «hoy estaría ilusionada, animándonos a hacer más y mejor, en un escanciado generoso de voluntad».

En ese reconocimiento a los galardonados, quiso hablar de Dolores San Martín, presidenta honorífica de la Fampa, por su lucha por la atención a las personas mayores «que también retrata a la mejor Asturias» y que debe convertirse, entiende, en «otra ambición común».

El presidente incidió también en la importancia de que el Día de Asturias una a todos los asturianos «en el orgullo de pertenencia», un sentimiento que nace de «sabernos parte de una larguísima historia, de una comunidad viva y moderna y, también, de un proyecto de futuro».

Hijos Adoptivos y Predilectos

En su discurso, con especial emoción, se refirió al recientemente fallecido Antonio Trevín, quien fuera presidente del Principado y alcalde de Llanes, y también conmemorado con la Medalla de Asturias. Asimismo, destacó la trayectoria vital y profesional de los reconocidos como hijos predilectos: Alberto Arce, letrado mayor de la Junta General durante 18 años; Carmen Alonso, de la Fundación Alpe Acondroplasia; y Mónica Oviedo, de Cermi, y de los hijos adoptivos: el diseñador catalán Arcadi Moradell, autor del lema Asturias, paraíso natural, y el cirujano vallisoletano Juan Sebastián Juan Sebastián López Arranz, exrector de la Universidad.

«Durante su entrega pública Trevín siempre militó en la concordia»

Aunque no era el único galardón a título póstumo, el recuerdo a Antonio Trevín, cuyo fallecimiento este mismo verano le impidió recoger personalmente la Medalla de Asturias que se le había concedido en vida, fue especialmente emotivo. Lo fue por las palabras de su viuda, pero también por parte del presidente del Principado, Adrián Barbón, quien lo quiso poner como ejemplo de acuerdo y concordia en un momento de máxima polarización política. «El consenso no se basa sólo en argumentar las razones propias, requiere que estemos dispuestos a escuchar las de los demás. Y esa fue una de las enseñanzas que nos dejó el querido y añorado presidente Antonio Trevín», reconoció Barbón, quien recordó su último encuentro con él, ya avanzada su enfermedad, para imponerle la Medalla de Asturias en su casa de Llanes. «Veo sus manos frágiles y nerviosas y siento su alegría, una mezcla casi tangible de cariño y fortísimo agradecimiento», rememoró Barbón, quien quiso destacar del exalcalde de Llanes y expresidente del Principado su intensa vocación política y que «durante su extensa entrega pública siempre supo militar en la concordia. Esa es una virtud que se espera de un buen servidor público». Asimismo, subrayó su compromiso con los asturianos en la diáspora, un legado que ahora Barbón hace suyo.

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